A Rossi se le cae el título
El italiano da con sus huesos en el asfalto y deja de ser campeón en beneficio de Hayden
Valentino Rossi ya no es campeón del mundo, noticia que no se producía desde hace seis años. Valencia vivió ayer un día histórico, convertido en escenario de lujo para la caída a los infiernos de Rossi, el dominador absoluto, único, del motociclismo mundial en los últimos tiempos. El italiano dio el relevo a Nicky Hayden, un estadounidense de 25 años que pasará a la historia, amén de por haber derrocado al rey, por haberlo conseguido en un ejercicio de singular regularidad, como certifica que haya necesitado menos triunfos que nadie en la historia (dos) para subir al trono. Rossi se cayó ayer con todo el equipo, moto incluida, entre las lágrimas de su gente, la de Yamaha, y de la inmensa mayoría del público que inundó el circuito de Cheste. Y se cayó sin que ningún piloto, amigo o no, hiciera nada por provocar tamaño derrumbe. Se vino abajo solo, en la quinta vuelta, arrastrado por la misma gravedad a la que acostumbra a desafiar. Rossi se cayó en el peor momento posible, cuando estaba a un paso de echarse al gañote el octavo título de su colosal carrera, el sexto consecutivo en la máxima categoría. Corría la quinta vuelta y nada hacía presagiar que a la salida de aquella curva el título mundial cambiaría de dueño.
Viajaba Rossi por entonces el séptimo, lugar al que había descendido tras ejecutar una salida lamentable pese a hacerla desde la pole, la posición más privilegiada. Se vio desbordado el italiano en un instante por todo hijo de vecino, incluido Hayden, que necesitaba recortar ocho puntos al campeón. El norteamericano le enseñó los colmillos en un adelantamiento en el que casi se tocan las motos, Yamaha contra Honda, la lucha de gigantes de todos los días. Lo mismo le sucedió con Loris Capirossi, aunque poco o nada se jugaran éste y su Ducati. Pero ese séptimo puesto no le bastaba a Rossi. Hayden circulaba segundo, sólo superado por Troy Bayliss. Y, de haberse mantenido esas posiciones, el título habría caído en manos del de Kentucky.
Así que Rossi intentó remontar, superar el denso tráfico que había en esos primeros puestos, por donde andaban, persiguiendo a Bayliss y Hayden, Melandri, Pedrosa, Capirossi y Stoner. Tras ellos iba Rossi, que entró sin mayores problemas en la fatídica segunda curva, que se toma a la izquierda, de la que salió volando. Se le fue la moto de la parte trasera, al parecer por un problema en el neumático; le escupió y le mandó a la arena. La grada tronó con un grito mezcla de pánico y perplejidad. Rossi se incorporó, logró levantar la máquina con la ayuda de los auxiliares de pista y regresó a escena.
Lo hizo en el vigésimo puesto, en la cola del furgón. En el siguiente paso por la meta, Hayden fue informado de lo ocurrido y de inmediato redujo el ritmo. Lo mismo le dio que le adelantara Capirossi. Era tercero y Rossi decimonoveno. Sólo una avería podía dejarle sin título, pero la mala suerte que le acompañó en Portugal, donde Dani Pedrosa, su compañero de equipo, se lo llevó por delante, no apareció ayer. Hayden acabó tercero y Rossi sólo pudo escalar hasta el puesto 13º. En él cruzó la meta, donde abrió las manos casi excusándose. Ya por entonces, Hayden lloraba mientras daba la vuelta de honor. Instantes después, la organización encendió una traca a modo de despedida. La traca era amarilla, el color de Yamaha, el de Rossi, un pálido amarillo el de ayer, el día en el que Valentino Rossi dejó de ser campeón del mundo.
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