Beckham sufre una tendinitis y podría ser baja contra la Real

Beckham es un reloj. No se lesiona nunca, salvo cuando recibe una goleada. Ayer volvió a caer el Madrid y el impacto repercutió en su cuerpo. Los médicos del club dicen que el inglés sufre una inflamación en la rodilla izquierda y que podría perderse el partido contra la Real Sociedad, el próximo domingo en el Bernabéu. Su comparecencia es dudosa lo mismo que la de Salgado, que tampoco tiene el alta médica después de recibir un golpe en la rodilla contra el Levante. A diferencia de Salgado, que sufrió un rodillazo de Rubiales, a Beckham, que se sepa, no le ha pegado nadie.

Cuando el Madrid fue derrotado en el Camp Nou, el año pasado, el jugador inglés dijo que había jugado con un golpe en el costado. Cuando quedó eliminado de la Champions, la temporada pasada ante el Arsenal, declaró después que había jugado todo el partido con un golpe en la espalda. Algo parecido sucedió tras las derrotas en Riazor (3-1) y La Romareda (6-1).

Lo mismo que en las ocasiones anteriores, ayer en Lyon Beckham fue sustituido. Se marchó a la ducha antes de que acabara el partido. Después, cuando se apagaron las luces, Fabio Capello se metió en el vestuario para lanzar gritos e increpar a los futbolistas. Algunos se quedaron impresionados ante el caudal de voz del italiano y la virulencia de lo que ahora se llama "expresión corporal".

Una vez que Capello hubo expulsado sus demonios, la comitiva se duchó y se marchó bien peinada hacia el aeropuerto. De camino hacia el autobús, el hombre que fue elegido mejor defensa del pasado Mundial, Fabio Cannavaro, se expresó más triste que de costumbre. "El problema es físico", dijo, al unísono con su entrenador. "Debemos recuperar la velocidad. Para nosotros es muy importante. Siempre debemos mirar por la victoria. Pero no se nos tiene que olvidar colocarnos en el terreno de juego".

"Hoy [por ayer] hemos jugado muy mal", lamentó el central. "Pero no hubo fallos de concentración, porque cuando se juega contra el Lyon la concentración es automática. Es un problema físico. Ellos ahora están mejor".

Otro de los hombres de confianza de Capello es Roberto Carlos, que ayer repitió lo que viene diciendo desde hace tres años: "Creo que tenemos un equipo fuerte y al final de la temporada se verá".

Diarra, bienvenido

Mahamadou Diarra fue el único madridista con motivos de satisfacción. Ayer en el estadio de Gerland, lejos de esperarle con consignas de repudio tras dejar el club, el público lo recibió como a un ídolo, con la moderación y el sentido festivo que caracteriza a las aficiones francesas. "Buena suerte", rezaba una pancarta en la grada; "pero no esta noche".

Diarra se declaró en rebeldía a finales de agosto para forzar su fichaje por el Madrid. Cuando llegó, Capello le dijo al presidente, Ramón Calderón, que la defensa estaba sellada: "Con éste nos meten diez goles en todo el año".