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Reportaje:ESCAPADAS | Ezkio-Itsaso | Fin de semana

De apariciones y caseríos históricos

Ezkio-Itsaso fue conocido durante decenios por las apariciones de la Virgen que los hermanos Bereziartua contaron desde el 30 de junio de 1931 en lo que entonces era Ezkioga. Esa experiencia convocó durante varios años a miles de peregrinos que se concentraban en la campa donde aquellos muchachos sostenían que habían tenido aquella revelación. Muchos de aquellos fieles sufrieron espasmos, ataques de histeria y pérdida de conocimiento. Al final, todo fue un bulo y, afortunadamente, la localidad guipuzcoana es conocida hoy por mantener en pie el caserío Igartubeiti, joya de la arquitectura rural del siglo XVI, reconvertida en museo.

Desde 1960, Ezkioga forma un solo municipio con su vecino Itsaso, Ezkio-Itsaso. Esta localidad bipolar, unida casi más rápido a pie que en automóvil, es uno de los municipios que mantiene más o menos las formas de vida tradicionales, pese a hallarse a mitad de camino entre Zumarraga y Beasain, de fuerte industrialización.

Esta localidad bipolar sigue manteniendo más o menos las formas de vida tradicionales

Quizá este aislamiento ha colaborado en la conservación de Igartubeiti, que ha preservado buena parte de su estructura primitiva de los siglos XVI y XVII. La restauración ha permitido descubrir los orígenes medievales de este edificio, lo que no ha de extrañar si se recorren los pequeños cascos de Ezkio e Itsaso y se visitan sus iglesias. La primera presenta una hermosa portada gótica, presidida por dos ventanales del mismo periodo; el templo de Itsaso ofrece una puerta románica en transición al Gótico con motivos parecidos a los de otras iglesias del territorio.

Igartubeiti es posterior. El caserío surge como tipología de vivienda a partir del siglo XVI, cuando los territorios atlánticos vascos habían alcanzado una paz y bienestar claros, tras las guerras banderizas entre oñacinos y gamboínos. En Guipúzcoa, su estructura de madera se levantaba alrededor del lagar de una sidrería. El paso del tiempo ha dejado de lado este uso en muchos de ellos, pero se ha conservado el entramado de vigas del lagar, sobre el que se mantenía la construcción.

Este lagar es un enorme artilugio mecánico de madera situado en la planta primera del caserío, ocupando su eje en toda su longitud. El elemento básico de la prensa es un gran tronco de árbol escuadrado que actúa como brazo de palanca accionado a tracción por un mecanismo de tornillo vertical sito en su extremo delantero. El lagar se pone en marcha una vez al año para que el público pueda conocer la técnica de elaboración de la sidra en esa época.

No hace mucho que se abandonaron las formas de vida tradicionales que se desarrollaron en este caserío convertido en museo. Sin ir muy lejos, cuando los hermanos Andrés y Antonio Bereziartua, de 7 y 11 años, respectivamente, tuvieron las primeras visiones de la Virgen en 1931, cuando llevaban las vacas al establo. La campa de Anduaga, lugar de la supuesta aparición, se halla cerca de Igartubeiti (al comienzo de la subida a Ezkio), y hasta allí llegó en las semanas siguientes una multitud: se habla de 60.000 personas en los primeros 15 días.

El entonces obispo de la diócesis, Mateo Múgica Urrestarazu, tomó cartas en el asunto a principios de agosto. Para ese momento, las apariciones se habían extendido por los alrededores y la Sakana navarra.

Todo quedó en un embeleco de Acción Católica que, aprovechando la religiosidad del ámbito rural vasco y navarro, quiso utilizar esas visiones para emprender una cruzada contra la República. De todo aquello, tras la contudente reprobación de las altas jerarquías de la Iglesia, poco o nada queda en Ezkio-Itsaso, si no es su recreación en Visionarios, la película dirigida en 2001 por Manuel Gutiérrez Aragón.

Sin embargo, en Itsaso, se haya un templo que sí merece devoción contrastada: la ermita de Kizkitza, de advocación marinera, con un faro desde el que, se dice, se ve el mar en días claros. Seguro que más de una vez, antes de morir en Ezkio-Itsaso en 1881, el bardo Iparraguire cantaría alguna balada desde Kizkitza al Atlántico, el de sus tiempos en América.

El dolmen de Mandubi-Zelaia

Cómo llegar: Entre las peculiaridades de Ezkio-Itsaso en su condición de municipio doble se halla la ubicación separada de ambos núcleos. No existe una carretera que los una. La salida de sus respectivos viales se encuentra en la GI-632 que une Zumarraga con Beasain (esta última localidad, junto a la N-I). Para ir a Ezkio hay que desviarse en Anduaga, mientras que la salida hacia Itsaso parte de Alegia.

Alojamiento: El único establecimiento que existe en la localidad es Mandubiko Benta (tel. 943 882673). Existen otras casas de turismo rural cercanas en Gabiria (Ugaran; 943 883043), Segura (Ondarre Baserria; 943 801664) y en Zerain (Tellerine; 943 582031).

Comer: Tanto el núcleo de Ezkio como el de Itsaso cuentan con restaurantes (943 720267 y 943 880315, respectivamente). Otra referencia es Labekoa (943 722552) En Santa Lutzi se puede acudir tanto a la taberna Osinalde (943 722574) como a la sidrería Agirretxea (43 725987).

Horario de Igartubeiti: De julio a septiembre: de martes a domingo, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00. Durante el resto del año: miércoles y viernes, de 10.00 a 14.00; sábados, domingos y festivos, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00.

Otras actividades. Se puede visitar el dolmen de Mandubi-Zelaia ubicado en a unos 300 metros del límite municipal de Ezkio-Itsaso con Beasain. Este monumento megalítico se localiza en el camino que parte de la Venta de Mandubia y asciende hacia la ermita de Kizkitza, a medio centenar de metros al sur de la pista y a una veintena de metros del límite de un prado y un pinar existente en el lugar (hay también varias hayas en la muga).

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