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Crónica:ESCRITO A MANO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Turismo y excrementos caninos

Las estadísticas veraniegas sobre los pueblos turísticos suelen ofrecer cada año datos ya conocidos de años anteriores: el pueblo tal multiplica por 10 el número de sus habitantes; el pueblo cual gasta en dos meses de verano el triple de agua que los 10 meses restantes del año; en muchas farmacias del litoral se agotan los condones, en casi todos los chiringuitos playeros dan paellas de juzgado de guardia y turistas, más gentes del lugar, coinciden en denunciar el colapso, cuando no los déficit, de servicios públicos. La monotonía informativa sobre nuestros lugares turísticos se enriquece con una estadística innovadora, cuando menos para mí: según un boletín del Ayuntamiento de Benicàssim en el mes prevacacional, han aumentado en la vía pública, de forma espectacular, los excrementos de perro. Leo en el boletín: "En los seis primeros meses del año se han recogido una media diaria de 140 excrementos de perros y en el mes de junio se han recogido un total de 4.327 excrementos de estos animales". Hay que felicitar al Ayuntamiento de Benicàssim por la precisión en el dato. No debe de ser fácil contabilizar 4.327 defecaciones perrunas. El verano, ¿trastorna la fisiología de los perros y los hace defecar más? Un vecino que tiene perro asegura que el can, si anda bien de salud, defeca lo mismo en junio que en cualquier otro mes del año. El aumento de excrementos no se debe tanto a que en Benicàssim haya más perros en verano como a que sus dueños sean unos guarros, me dice. Como en todas partes, las cuatro estaciones del año.

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