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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Francisco Gómez Roldán, un 'gentleman' extremeño

Fue director general del Santander y consejero delegado del Abbey

Íñigo de Barrón

El final de Francisco Gómez Roldán (Paco, como era conocido por sus amigos) ha sido tan discreto como su vida profesional. Fue un ejecutivo de éxito, pero parecía siempre estar en un segundo plano, lejos de los focos.

Poco antes de las navidades pasadas se le detectó una grave enfermedad y desde entonces estuvo luchando contra ella a la vez que se mantenía en su trabajo. En aquel momento estaba en la cumbre de su carrera profesional. Emilio Botín, presidente del grupo, le había elegido para ser consejero delegado del sexto banco británico, el Abbey, por el que el Santander había pagado 13.500 millones de euros. El envite era grande. No sólo por el dinero que había en juego, sino porque fue la primera gran compra transfronteriza en Europa y había muchos ojos mirando.

En una visita a Londres, poco antes de que se conociera su enfermedad, Gómez Roldán ofreció una cena a un grupo de periodistas españoles y se mostró pletórico. Fue en uno de los clubes más tradicionales de Londres y Paco ya parecía un gentleman británico de toda la vida. Había encajado perfectamente el cambio de Madrid y, sobre todo, de su Extremadura natal (adonde le gustaba tanto ir) por la verde campiña inglesa. "No llueve tanto como dicen, se puede ir de caza con facilidad y el paisaje es precioso", comentó en aquella velada. Pero, sobre todo, Paco quería demostrar al poderoso mercado financiero británico -donde juegan los bancos más grandes del mundo- el buen hacer de los ejecutivos españoles. "Es posible hacerse un hueco aquí y enseñarles cosas en banca de particulares porque en España estamos muy desarrollados por la competencia interna". Y finalmente lo consiguió, como han demostrado los magníficos resultados del Abbey en junio.

Sin embargo, para los que le conocimos y apreciamos, Paco será recordado siempre por su sentido de la amistad, su fina ironía, sus momentos de silencio y el respeto hacia los demás, incluso cuando opinaban, o publicaban, asuntos en los que no estaba de acuerdo. Fue un excelente ejecutivo, pero mejor persona. Paco hizo gala de su tranquilidad en los momentos de tormenta, que también los tuvo. En octubre de 1999 era consejero delegado de Argentaria cuando ésta se fusionó con el BBV. No hubo sitio para Paco en el nuevo banco. Sin embargo, encajó el golpe con una asombrosa tranquilidad y seguridad en sí mismo. Paco era elegante, incluso entre tiburones. No hubo reproches.

Miró para delante y recurrió a dos elementos: sus amigos y sus orígenes. Era ingeniero y economista, por lo que decidió empezar de cero en una pequeña empresa, Avanza, que investigaba e invertía en telefonía e Internet, dos temas que le apasionaban. Se apoyó en un amigo, Marcial Portela, directivo del entonces BSCH, y capeó el temporal. Esperó su momento y llegó: en junio de 2000, Alfredo Sáenz, íntimo amigo suyo, le llamó para ser consejero delegado de Banesto. El ingeniero volvió a volar en la banca de particulares, esa que dominaba, y triunfó.

Gómez Roldán, nacido en Madrigalejos (Cáceres) hace 53 años, estaba casado y tenía dos hijos. Ayer, un portavoz del banco lamentó "profundamente la pérdida de Paco, un extraordinario directivo con grandes capacidades de gestión y cualidades humanas". Dentro de la entidad se apostaba porque podría, incluso, sustituir en el futuro a Sáenz como número dos del grupo.

Paco era un banquero de raza. Empezó en los años setenta en la escuela del Vizcaya, y en 1989 destacó al ser nombrado presidente de la sociedad de Bolsa BBV Interactivos, donde permaneció hasta 1992. Ese año, el entonces presidente de Argentaria, Francisco Luzón -con el que se volvió a encontrar en el Santander-, le llamó para ocupar una dirección general. Luego pasó a Banesto y al Grupo Santander. En todas las empresas dejó su buena estela. Ayer Botín perdió a uno de sus mejores ejecutivos, y muchos, a un amigo.

Francisco Gómez Roldán.
Francisco Gómez Roldán.EFE

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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