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Reportaje:TOUR 2006 | Decimotercera etapa

"¿Cuánto falta? ¿A cuánto están?"

Pereiro esperó en la línea de meta y con ansiedad la confirmación de su liderazgo

Juan Morenilla

Mientras jugaban con la play-station, Alejandro Valverde y Óscar Pereiro soñaban a principios del Tour con el día en que el maillot amarillo descansara colgado en su habitación del hotel. En ningún sueño, sin embargo, aparecía Pereiro vestido de líder, sino Valverde, el jefe de filas. Ni en sus propias imaginaciones, el corredor gallego lideraba el Tour. Valverde, retirado por una caída, llamó ayer a Pereiro para felicitarle por una hazaña inesperada. "Esta mañana sólo pensaba en atacar para ganar la etapa y... ¡estoy vestido de amarillo! No me lo creo. Aún no lo estoy disfrutando. Me encuentro en estado de shock", dijo Pereiro cuando se vio con la camiseta del líder.

El ciclista del Caisse d'Epargne-Illes Balears esperó casi media hora en la meta a que el pelotón hiciera su aparición. Fueron unos minutos interminables. Un masajista de su equipo le secaba el sudor mientras Pereiro hablaba por el móvil y miraba una y otra vez su reloj. "¿A cuánto están? ¿Cuánto falta? ¿Cuánto? ¿Cuánto?", preguntaba nervioso. "¡El pelotón está parado! ¡Vas a ser líder!", le respondieron.

"Ha sido un día de locos. Sólo pensaba en atacar para ganar la etapa y me he encontrado con esto"
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Un gallego de amarillo

"Ha sido un día de locos, he salido a por la etapa y me he encontrado con esto. Quería coger la escapada, pero a los 100 kilómetros ya pensaba que podía ser líder", explicó Pereiro. El ciclista de Pontevedra llegó a un acuerdo con sus compañeros de fuga: si a falta de cinco kilómetros para la meta tenía 30 minutos de ventaja, no disputaría la victoria. "Pero estábamos a 27 y pico. Así que dije que lo sentía, que la iba a disputar. Voigt era el más cabezón del grupo. No pude con él", añadió. Por detrás, el Phonak levantó el pie del acelerador y cedió el liderato para que el equipo de José Miguel Echávarri lleve el peso de la carrera en los próximos días. "El Phonak no quería tirar del grupo todo el Tour. Le estoy muy agradecido", dijo Pereiro, corredor del Phonak entre 2002 y 2005 e íntimo amigo de Floyd Landis.

Junto a Pereiro, Echávarri sonreía aliviado por el triunfo tras la retirada de Valverde. "Desde la época de Miguel [Indurain] no nos habíamos vestido de amarillo. Desde entonces vivíamos con esa ilusión", dijo. Y ahora, ¿qué?, se preguntaron todos. "Defenderemos el maillot hasta el límite", dijo Pereiro; "ya veremos lo que dura. Estamos otra vez delante. Otra vez tenemos ilusión. Seamos realistas. El Phonak tiene por delante la montaña y una contrarreloj muy larga". El corredor dedicó su triunfo a Valverde y a su hijo, Juan: "Es un regalo enorme para mi niño".

Pereiro, de 28 años, espera conservar el amarillo al menos hasta la llegada a l'Alpe d'Huez, el martes, después de un paso por los Pirineos "decepcionante" para él. Un "bajón de azúcar" por no alimentarse bien en la etapa reina, con final en Pla de Beret, le dejó clavado en la subida al Portillon. Sus objetivos cambiaron y el mánager, Eusebio Unzue, le dijo que intentara escaparse ayer por mucho que Pereiro quisiera esperar a la etapa de hoy. Tras la retirada de Valverde, reclamó el liderazgo del equipo. "El lugar que ha dejado es para mí. Por algo me ficharon este año", aseguró.

Nacido en Mos (Pontevedra) en agosto de 1977, Pereiro se decantó en su juventud por el ciclocross, deporte del que fue subcampeón de España sub 23 con 17 años. El salto al ciclismo lo dio con el equipo portugués Porta de Rabeas en una época en que le llamaban El Cascarilla por ser el más delgado del grupo. Su paisano Álvaro Pino le llamó en 2002 para ficharle para el Phonak y Pereiro rompió a llorar de la emoción. Con el equipo suizo fue décimo en el Tour en sus dos primeras participaciones, en 2004 y 2005, y ganó una etapa en Pau y el premio de la combatividad el año pasado. Claro que también se cayó bajando La Madelaine mientras comía un trozo de pastel de piña, su preferido.

Óscar Pereiro, feliz en el podio.
Óscar Pereiro, feliz en el podio.EFE

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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