Hiroyuki Iwaki, director de orquesta

Hiroyuki Iwaki, pionero en promover y dirigir la música de compositores noveles que con el tiempo se hicieron famosos, murió de un fallo cardiaco el pasado 13 de junio en un hospital de Tokio. Iwaki había luchado contra un cáncer de estómago, otro de faringe y otro de pulmón, así como contra otras enfermedades al final de su vida, en la que tuvo que ser operado en casi 30 ocasiones.

Estuvo al frente de orquestas tan sobresalientes como la Filarmónica de Berlín, la Filarmónica de Viena, la Royal Concertgebouw Orchestra de Amsterdam, la Gewandhaus Orchestra de Leipzig y la Sinfónica de Atlanta.

El maestro japonés, cuyo entusiasmo por la música contemporánea le ganó el sobrenombre de Maniaco de los Estrenos, había confesado que desconocía cuántas obras novedosas japonesas y extranjeras había sido el primero en dirigir en el extranjero y en su país, pero calculó que la cifra "podría rondar las 2.000".

Nacido el 6 de septiembre de 1932 en Tokio, estudió primero percusión en la Escuela de Música de la capital japonesa, hoy llamada Universidad Nacional de Tokio de Bellas Artes y Música, pero acabó decantándose por la dirección cuando recibió una beca de investigación de la Sinfónica de la cadena pública japonesa NHK.Debutó como director de orquesta en 1956 al frente de la Sinfónica de la NHK, con la que en 1960 dio la vuelta al mundo, aunque hasta 1963 no fue nombrado su director.

La Sinfónica de la NHK le nombró en 1969 su director de orquesta principal de por vida, mientras que la Sinfónica de Melbourne, de la que fue su director musical por el periodo récord de treinta años, le nombró en 1987 su primer maestro laureado, título que llevó de por vida y con el que fue distinguido por haber fomentado su desarrollo.

Iwaki fue generoso con los nuevos compositores, a los que ofreció posibilidades, como lo revela el que fuera el primero en dirigir las obras del renombrado Toru Takemitsu, al comienzo de su carrera, cuando era un desconocido.

Fundó la orquesta Kanazawa en 1988, de la que fue su director musical, con la que quiso impulsar la música de cámara en Japón y que sigue siendo la única orquesta permanente y profesional de cámara en el país asiático, donde ofrece 120 conciertos al año y actúa en varios países europeos.

Iwaki fue un notable autor que escribió numerosos artículos sobre música y dirección musical en el diario de mayor tirada nipón, el Asahi, en los que intentaba transmitir su interés por la música.

Dirigió en 1985 la banda musical del filme de su compatriota Akira Kurosawa Ran, y en 1993, la de la película Sol naciente, de Philip Kaufman, con Sean Connery.

Iwaki era polifacético y así también le gustaba escribir ensayos llenos de humor, casi todos sobre la música, que en 1991 le hicieron merecedor del Premio del Club de Ensayistas de Japón. En 1983 se aventuró en el mundo de la política al presentarse en las elecciones como senador por una alianza cívica independiente, pero no logró su escaño. El maestro fue también conocido por ayudar, con dinero propio, a extender la popularidad de producciones musicales de compositores japoneses a los que encargó y grabó sus obras.

Hacía años que dirigía desde una silla de ruedas, como en el último concierto, el pasado abril, un mes antes de la que acabó siendo su hospitalización definitiva.

En 2004, tras un exitoso tratamiento contra el cáncer de faringe, dirigió en una sesión de nueve horas las nueve sinfonías de Beethoven en Año Nuevo, la principal festividad de Japón.

Perteneciente a la Academia de Arte de Japón y patrón de Les Jeunesses Musicales World Orchestra, Iwaki había recibido, entre otros galardones, la Medalla de Honor de Japón con Cinta Morada 1996, que le confirió el emperador japonés, y seis años antes, en 1990, el Gobierno francés le hizo Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.

Su contribución a la vida musical en Australia le valió ser nombrado miembro honorario de la Orden de Australia en 1985, desde la que fue ascendido a oficial honorario.