Cuba, más aislada
¿A quién no le suena el mensaje de la supuestamente "nueva regulación" del régimen comunista cubano que impide a su Gobierno aceptar toda cooperación económica exterior que implique "condicionamientos políticos, económicos o sociales"? La nueva disposición promulgada por el Ministerio de Inversión Extranjera y Colaboración Económica (Minvec) no es en realidad más que otro pretexto legal para impedir con mayor contundencia si cabe todo tipo de actividad económica y cooperación que no sea estrictamente controlada por el aparato y por tanto sometido a su provecho y rapiña.
Estamos por tanto ante una nueva vuelta de tuerca de una dictadura que, con desprecio absoluto hacia los intereses de la sociedad cubana, quiere cerrar los pocos cauces de colaboración económica independiente abiertos por fundaciones, ONG e instituciones dentro y fuera de la isla. Esta regresión sin pausa de un tiempo a esta parte parece acelerarse con esta nueva confianza que otorga al dictador cubano la liquidez económica de que goza su benefactor el presidente venezolano, Hugo Chávez, a cuyos planes de cooperación con las autoridades cubanas nada afectarán las nuevas directivas.
El régimen cubano nos tiene acostumbrados desde hace décadas a que sabe ser ocurrente cuando se trata de recortar las libertades hasta límites casi inconcebibles. Se refuerza una implacable persecución y castigo de todos los vínculos con el exterior que no maneje la dictadura. La Unión Europea tiene que dejar claro a Cuba que este continuo recorte de las libertades y apología de la represión tendrán un precio para La Habana.
