Una presidenta en la Maestranza

Anabel Moreno Muela, nacida en Las Palmas hace 47 años, afincada en Sevilla desde 1976 y directora del Área de Economía e Industrias del Ayuntamiento de Sevilla, es la primera mujer que preside una corrida en la Plaza de Toros de la Maestranza. "Aficionada de reconocido prestigio", como manda la nueva normativa de la comunidad andaluza, a Anabel Moreno le tocó ejercer de presidenta ayer en una novillada y aunque se confesó "nerviosa por la responsabilidad", espera que "desde hoy se vea como algo normal lo que es absolutamente normal: que las mujeres ocupen los mismos puestos que los hombres".

"Yo soy aficionada y sé lo que supone dar respuesta a la demanda de la afición, velar por los intereses del público, por la seguridad de los toreros y por la pureza de la fiesta", aseguró ayer Anabel Moreno, horas antes de subir por primera vez al palco de la presidencia y formar parte de la historia de la tauromaquia andaluza. Esta aficionada, con abono a la Maestranza desde 1986, es la primera mujer que preside una corrida de toros -en su caso una novillada con picadores- en una de las plazas importantes de Andalucía; ya que en los cosos de tercera categoría los presidentes son los alcaldes y el cargo ha recaído con frecuencia en mujeres. En la tarde de ayer soportó estoicamente su primer abucheo del público, cuando se negó a conceder una oreja que parte de la plaza pedía para Curro Chicuelo. La corrida terminó sin que la presidenta pudiera conceder trofeo alguno.

"Mi abuelo era un gran aficionado, pero yo lo soy por generación espontánea"

Esta responsabilidad, que conlleva dirigir el espectáculo y conceder los premios a los toreros, ha recaído sobre mujeres en muy escasas ocasiones en otras plazas importantes españolas como las de Pamplona o Valencia.

"El mundo taurino ha sido tradicionalmente masculino, hay muy pocas toreras, pero esto está cambiando. Hay muchas aficionadas, en los tendidos se ve que la mitad son mujeres y que entienden de la fiesta tanto como los hombres", dice esta licenciada en Derecho y funcionaria de la Junta desde 1984.

Aunque su abuelo era un gran aficionado y cuando era niña oyó en infinidad de ocasiones que él estuvo en Linares (Córdoba) cuando el toro Islero mató a Manolete, a Anabel Moreno la afición le viene "por generación espontánea". "En el pueblo de mi abuelo está la plaza de Las Virtudes -un coso cuadrado del siglo XVII en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real)- pero yo nunca fui con él a los toros", precisa.

El cambio en la fiesta se produce tras la entrada en vigor, en marzo de este año, del Reglamento Taurino de Andalucía, una norma aprobada por el Consejo de Gobierno que sustituye a la estatal en la que se establecía que la presidencia de las plazas de toros estaba reservada a funcionarios de la escala superior y mandos de la Policía Nacional en capitales de provincia y a los alcaldes y concejales en el resto de los municipios.

Con el reglamento andaluz, son las delegaciones del Gobierno de la Junta las que designan a los presidentes en las plazas de primera y segunda categoría y pueden elegir a aficionados, como lo es Anabel Moreno, que este año fue designada presidenta suplente. "Hay tres equipos de presidencia y yo soy la suplente; pero en este caso no estoy supliendo a nadie; sino que ha sido el delegado de la Junta, Demetrio Pérez, quien decidió meterme en el turno", explica la presidenta a quien ayer le tocó supervisar las evoluciones sobre el albero de los novilleros Carlos Doyague, Curro Chicuelo y Salvador Fuentes y, según el calendario, volverá a ocupar la presidencia el 25 de junio en otra novillada.