Algo más que divertida

En la calle de Viriato está la Academia Diderot, un centro donde se imparten cursos de formación ocupacional. Esto es, clases para que los desempleados, con subsidio o no, aprendan un nuevo oficio. En el caso que nos ocupa se trata de un curso de librería, que es también como se titula esta primera novela de Fernando San Basilio (Madrid, 1970), un libro ocurrente y divertido con el humor y el disparate ejerciendo de maestros de ceremonia. Uno de los parados es el narrador, quien con un acertado tono de indolencia nos contará las rutinas de una serie de alumnos que aspiran a ser libreros. Así se desarrolla Curso de librería, y por las 250 páginas o las cuatrocientas horas que dura el curso, un trimestre de clase en una academia de Madrid, que coincide con el invierno y las manifestaciones contra la guerra en Irak, se desenvuelven con agilidad sus personajes.

San Basilio a lo largo de la no

vela irá contando la historia de unos seres extraviados que intentan sortear los males de la existencia: jóvenes y maduros, parados de mayor o menor duración y profesores en horas bajas. Y entre ellos despunta Gerardo, un alumno albino, absentista y escéptico que no duda en afirmar que Charing Cross es cursi, el tono de Cien años de soledad es "una letanía casi bíblica", y que la lectura de El último encuentro, le produjo "sobrecarga muscular". También propone una librería donde todos los autores empiecen por la S... "¿No nos dicen en clase que la especialización es el camino?".

La novela de San Basilio es divertida y ocurrente pero no prescinde de otros cometidos y se muestra consistente al dibujar el mundo perdido de quienes han sido apartados de él. Y eso incluye a alumnos y profesores. Todos los protagonistas en Curso de librería comparten un destino anónimo y se aferran a la mentira y sucumben al engaño que les permite estar en el presente con un futuro lleno de esperanza. La novela de San Basilio convence en su destino de hacer sonreír y reír al lector, pues lo consigue con humor ácido en su tajante manera de mostrar las absurdas enseñanzas sobre el mundo del libro repletas de tópicos y frases hechas, visitas guiadas a librerías, conferencias de escritores, premios. Pero hay que decir que San Basilio, con el tono de voluntaria indolencia del narrador, la peculiar naturaleza de los personajes y su absurda y melancólica convivencia, convierte a Curso de librería en algo más que una novela divertida.