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Fraga y la pastilla para la ministra

El ex presidente de la Xunta de Galicia Manuel Fraga salió ayer en ayuda de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, con la que durante el año que ambos coincidieron en esos cargos ha tenido sonoros desencuentros políticos. Durante un desayuno celebrado en un hotel de Madrid, organizado por Europa Press, a la ministra le iba fallando la voz, de modo que llegó a amenazar con dejar a medias su discurso. Pidió agua y recuperó algo de volumen, pero la telaraña en las cuerdas vocales seguía molestando. Y ahí intervino el veterano. Pese a las dificultades de movilidad de sus 83 años, Fraga se dirigió a la tribuna para proporcionar a Álvarez una pastilla para la garganta, un gesto de caballerosidad que enterneció al respetable. Pero don Manuel es de los que no dan puntada sin hilo. A cambio de su botica de emergencia, pidió luego el micrófono (el resto de los asistentes trasladaron sus preguntas por escrito) para volver a la carga con el asunto que más le había enfrentado con la ministra como presidente de la Xunta, el Plan Galicia, aprobado por el PP tras el desastre del Prestige. Fraga reclamó que se cumpla. "Que nos hace falta", dijo. La lizipaína (Fraga enseñó el tubo en privado al término del acto) devolvió bríos a la consumida voz de la ministra, pero no la sacó de sus trece y le contestó lo de siempre: que se ha duplicado el esfuerzo inversor respecto a la anterior legislatura.

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