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Reportaje:

Cerebros heridos en combate

El 35% de los soldados de EE UU en Irak ha necesitado terapia psíquica

Yolanda Monge

Sintieron un gran peligro de que los mataran, aun cuando volvieron sanos y salvos a sus hogares. Más de un tercio de los soldados estadounidenses que regresaron de Irak han necesitado terapia psicológica, según un estudio del Pentágono hecho público ayer por el diario The Washington Post. "Los soldados que retornan de Irak muestran, de manera constante, más problemas psíquicos que los que vuelven de Afganistán y de otros conflictos como el de Bosnia o Kosovo", dice el informe.

"Los datos de más de 300.000 soldados del Ejército y de la Infantería de Marina que regresaron de varios campos de batalla muestran un panorama extraordinariamente detallado del impacto psicológico de los conflictos", determina. Tal revelación podría afectar a la lucha que se libra en el Capitolio sobre el presupuesto para los veteranos de guerra, ya que los defensores de esos derechos aseguran que el informe justifica la petición de una mayor partida monetaria para el tratamiento de salud mental de los retornados de Irak.

Las autoridades médicas reconocieron por vez primera en 1980 la existencia del estrés postraumático

El hecho de que los veteranos de Irak sufran mayor estrés a su regreso de la guerra está relacionado, siempre según el estudio, con que los ex combatientes en ese país "tienen muchas más probabilidades de haber visto gente herida o muerta, de haber intervenido en un combate y de haber tenido pensamientos agresivos o suicidas". Los cuestionarios que respondieron los soldados del Ejército e infantes de la Marina que volvieron de Irak indican que más de la mitad de ellos manifestaron haber sentido que podían matarlos.

El 35% de los veteranos de Irak recibieron atención de salud mental durante el primer año de su regreso, según el estudio. Además, al 12% de los más de 220.000 soldados del estudio se les diagnosticó algún trastorno mental. El 19% de los que volvieron de Irak presentaba problemas de salud mental, comparado con el 11% de los que retornaron de Afganistán y el 8, 5% de quienes lo hicieron de Bosnia y otros escenarios bélicos. El estudio fue publicado el pasado martes en el Journal of the American Medical Association.

Entre el 10% y el 20% de los soldados que participaron en combates desarrollan el denominado trastorno de estrés postraumático: rememoran duras imágenes ya vividas, tienen pesadillas y pensamientos asfixiantes y angustiosos que hacen que tanto su vida laboral como personal sea muy difícil. La definición tradicional de estrés postraumático, un diagnóstico que se desarrolló tras la guerra de Vietnam, tiene que ver con haber experimentado o contemplado sucesos terribles. Pero algunos expertos se preguntan si el hecho de estar de forma constante sometido al pánico de poder morir en cualquier momento, en un lugar de violencia y caos como el que se vive en Irak, no podría estar afectando también a los efectivos que permanecen en las bases militares, además de los que entran en batalla.

"No existe una única línea del frente en Irak", afirma en The Washington Post el autor del informe, el coronel Charles W. Hoge, del departamento de psiquiatría y neurociencia del Instituto Militar de Investigaciones Médicas Walter Reed.

"Los soldados que están patrullando las calles se encuentran sometidos a un alto riesgo de verse envueltos en un combate, pero los militares que permanecen en la retaguardia, en las bases, son objetivo de los ataques con morteros", describe el coronel Hoge. "Cada hombre que va en un convoy es un blanco fácil", advierte el militar.

Las autoridades médicas reconocieron por vez primera en 1980 el estrés postraumático como problema psiquiátrico, a instancia de los veteranos de Vietnam. Un estudio anterior efectuado por el coronel Hoge encontró que entre el 15% y el 17% de los veteranos de Irak mostraban signos de la enfermedad. Pero constató que muchos eran reacios a pedir ayuda, debido al estigma que conlleva una enfermedad mental.

Soldados estadounidenses homenajean a un compañero muerto en Bagdad en 2003.
Soldados estadounidenses homenajean a un compañero muerto en Bagdad en 2003.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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