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Francia venderá el 15% de la eléctrica estatal EDF a partir del 21 de noviembre

El Gobierno francés abrió ayer la puerta a la anunciada privatización parcial de Electricité de France (EDF), una de las mayores eléctricas del mundo, que proporciona energía a 42,1 millones de clientes, de los que 28 millones están en Francia. El primer ministro francés, Dominique de Villepin, anunció que el 21 de noviembre saldrá a Bolsa el 15% de EDF, que antes realizará una ampliación de capital. El ministro de Economía, Thierry Breton, aseguró que con los 6.000 u 8.000 millones de ingresos previstos financiarán la modernización y expansión de la empresa.

El viernes se abrirá el periodo de suscripción de acciones. EDF facturó 25.202 millones de euros en el primer semestre, y tuvo unos beneficios de 2.130 millones. Arrastra una deuda de 19.000 millones de euros y se ha comprometido a invertir 40.000 millones de euros en los próximos 20 años.

El anuncio de Villepin, que se daba por hecho en los últimos días, coincidió con la firma del nuevo contrato de suministro que la eléctrica firmó ayer con el Estado, un contrato por el que se obliga a no subir las tarifas de los particulares por encima de la inflación, aplicar los mismos precios en todo el territorio y a mantener la tradición francesa no cortar la corriente por falta de pago en invierno.

Consciente del enorme rechazo que las privatizaciones generan en buena parte de la sociedad francesa, Villepin defendió ayer la operación de EDF asegurando que el Estado seguirá teniendo el control de la eléctrica ya que conservará en su poder al menos el 85% del capital, cuando la ley francesa sólo le obliga a retener el 70%. "Mi convicción y la de mi Gobierno", proclamó el primer ministro, "es que el Estado tiene la vocación de controlar EDF de forma duradera".

Precio reducido

Poco después, el titular de Economía anunciaba que un 15% de las acciones en venta se reservará, a un precio preferencial, a los 160.000 trabajadores de EDF y otro 35% se ofrecerán a los inversores particulares a un precio reducido respecto al que pagarán los inversores institucionales.

Como era de esperar, las críticas llegaron tanto desde los sindicatos como desde la izquierda. El primer secretario del Partido Socialista , François Hollande, se apresuró a anunciar que si la izquierda vuelve al poder en 2007, una de las primeras medidas será la renacionalización de la empresa al cien por cien. La secretaria del Partido Comunista, Marie-George Buffet, pidió una movilización contra la privatización ya que, en su opinión, la operación actual es un paso "hacia la privatización total".

Desde las centrales sindicales la reacción fue igualmente de rechazo. La Confederación General del Trabajo anunció que presentará hoy 100.000 firmas contra la operación, al tiempo que ha organizado manifestaciones en todo el país.

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