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Cuando soy buena soy mejor | CULTURA Y ESPECTÁCULOS
Columna
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Atmósfera Cero

Es difícil, al escribir esto, no sentir angustia (y también cierto morbo) por la situación en que se encuentran los tripulantes de la nave Discovery, a quienes el mal tiempo ahora mismo ha desviado desde su destino previsto en Florida, tierra de Votaciones y Caimanes, a California, tierra de Terminator/Poli de Guardería. Ojalá alcancen su objetivo sanos y salvos y dejen de dar vueltas por Atmósfera Cero, sobre todo de cara a la noche de San Lorenzo, que es la del jueves al viernes y se va a poner el cielo repadre, todo lleno de estrellas fugaces. Ya sé, debería curarme en salud llorando por ellos, los cosmonautas, por si acontece lo peor. Pero hoy todas mis lágrimas son para Peter Jennings, desaparecido gran señor del casi desaparecido gran periodismo. Montó la delegación de la cadena ABC en Beirut, en los setenta. Le querían allí. Para él las cosas no eran sólo en blanco o negro. Hace poco, la Universidad Americana de Beirut le nombró Doctor Honoris Causa.

Comprenderán que, ya metida en realidades virtuales, haya decidido dedicarme a una de mis predilectas, Cubavisión Internacional

Mas volvamos a Atmósfera Cero. ¿No les ha parecido estremecedora, como parábola del irrumpir en una realidad paralela, esa desbandada de todo un pelotón (el de cabeza) del Eneco Tour de ciclismo? El periodismo le ha dado una explicación racional, pero es que el periodismo es muy dado a las explicaciones racionales: fíjense que han vaticinado que el energúmeno que ayer salía fotografiado en la primera de todos los diarios ornado con camisa azul, crucifijo en pecho y pistolón de fogueo "es de ideología de extrema derecha". En el caso del pelotón fantasma, han aclarado que tomaron mal una curva al descender las montañas Ardenas, pero yo prefiero creer que, pedaleando y pedaleando, se metieron en una metáfora de la Alianza de Civilizaciones en la Práctica. Abandonaron por completo el Tour, siguieron hasta España, la atravesaron, llegaron a Algeciras, se subieron al ferry y desembarcaron en Tánger, en donde les tomaron por inmigrantes/veraneantes venidos a menos en Europa, con su bicicleta en vez del cochazo habitual; lo cual desanimó por completo a los jóvenes magrebíes de su intención de cruzar el Estrecho, y les hizo quedarse en su país para luchar desde allí por el trabajo, el pan, el derecho y la justicia. No contentos los miembros del pelotón con esta buena acción, envalentonados por su éxito, continuaron África abajo, y los lugareños, a su paso, les jaleaban con lágrimas de emoción, pues era la primera vez que el París-Dakar se realizaba utilizando un vehículo respetuoso con el medio ambiente. Los ciclistas, al verse tan bien recibidos, se quedaron por allí, se casaron y tuvieron hijos de piel oscura sin necesidad de adoptarlos.

Comprenderán que, ya metida en realidades virtuales, haya decidido dedicarme a una de mis predilectas, Cubavisión Internacional, el canal cubano do mora la realidad congelada de una isla revolucionaria e ideal. Por desgracia, en el lugar en donde ahora estoy no cuento con semejante escapismo, por lo que he ingresado en Internet, dispuesta a cubanear por todo lo alto. Por la página de Granma, y por la propia programación televisiva, comprendo con dolor que voy a faltar a una fascinante clase para adultos de ajedrez práctico (presencié una de dos horas y pico sobre deconstrucción del primer párrafo de Cien años de soledad; una experiencia inolvidable), así como a la retransmisión de un congreso de juventud multitudinario, gracias al cual los púberes asistentes gozarán no sólo de la disertación de Fidel, sino también de la de Hugo Chávez, bastante más entretenido, tengo que decirlo, porque canta. Si Fidel cantase... sólo al pensarlo, enloquezco.

Quien no cantó en absoluto, y por eso se ve sometida a juicio, es la periodista independiente Lamasiel (debió de nacer el año del La, La, La en Eurovisión) Gutiérrez Romero, de Nueva Agencia Cubana, que a la desesperada se comunicó con Reporteros Sin Fronteras para contar que el pasado 14 de julio la detuvieron durante siete horas, que fue golpeada; le exigieron que firmara una declaración y, al negarse, le dijeron que eso no le evitaría ser procesada. Y lo es: por desobediencia civil y resistencia a las fuerzas del orden. Puede caerle arresto domiciliario y la prohibición de ejercer el periodismo.

Busco en las webs cubanas algo al respecto, pero ya he dicho que van de irrealidad. Todavía tienen colgado a Eliancito en Atmósfera Menos que Cero. Cuando le doy al sitio "Discursos", el ordenador se me bloquea.

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