David Beltran Català, fiscal y ex director de Instituciones Penitenciarias
El fiscal y ex director general de Instituciones Penitenciarias David Beltran Català falleció el pasado lunes en Bethesda (Maryland, EE UU), tras una larga enfermedad, a la temprana edad de 45 años. Estaba casado desde 1987 con Carmen Argüelles García y tenía cuatro hijos.
Nacido en Valencia el 12 de noviembre de 1959, estudió Derecho y accedió muy joven a la carrera fiscal, que inició en Bilbao en 1985, con sólo 25 años. Allí conoció a su mujer, con la que se casó, el 2 de mayo de 1987, en la Sala de Matrimonios de la Audiencia Provincial de San Sebastián. Ejerció nueve años en la Fiscalía de Bilbao, los dos últimos como fiscal de vigilancia penitenciaria, un puesto especialmente difícil y comprometido en esa época, por la política de dispersión de presos etarras y la presión que en contra de ella ejercía el mundo abertzale. Y allí también entró en contacto con Juan Alberto Belloch, que entonces era presidente de la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Provincial de Bilbao. Años más tarde, ya desde su puesto de ministro en el Gobierno socialista de Felipe González, Belloch incorporaría a su equipo al joven fiscal, que se había integrado en la Unión Progresista de Fiscales y había empezado a destacar. Desde Bilbao dio el salto a Madrid, como fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado.
Y de ahí, al Gobierno: el 25 de febrero de 1994 David Beltran fue nombrado por el Consejo de Ministros nuevo director general de Instituciones Penitenciarias. Trabajó a las órdenes de Paz Fernández Felgueroso, secretaria de Estado de Instituciones Penitenciarias, quien, junto con Margarita Robles, entonces secretaria de Estado de Interior, y María Teresa Fernández de la Vega, a la sazón secretaria de Estado de Justicia, integraba el trío de las viceministras, conocidas como los Ángeles de Charlie de Belloch, el biministro de Justicia e Interior.
En una entrevista publicada poco después de su nombramiento, David Beltran daba muestras de sus convicciones y de sus preocupaciones por el sistema penitenciario y por los presos. Propugnaba que las prisiones fueran "lo más parecido a la vida civil" y declaraba: "Yo no acabo de entender por qué en una prisión no van a convivir hombres con mujeres". Y defendía que para los internados por delitos relacionados con las toxicomanías "hay mecanismos alternativos más eficaces que el ingreso en prisión de cara a su resocialización". Eran miles de presos que, según decía, "no tendrían por qué estar en prisión", y aportaba un dato revelador: "El 70% de las mujeres están internas por delitos relativos al tráfico de drogas". También defendía que los jóvenes insumisos no pintaban "nada dentro de un centro penitenciario".
En su etapa al frente de Instituciones Penitenciarias exploró las posibilidades de una negociación con ETA y llegó a entrevistarse en la prisión de Valdemoro (Madrid), con Jesús María Zabarte Arregi, Garratz, y Henri Parot, Unai, a los que pidió una prueba de que contaban con el respaldo de la organización: una carta escrita de puño y letra por el funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, secuestrado poco antes, el 17 de enero de 1996. La carta se publicó el 27 de abril en Egin, cuando el PSOE ya había perdido el Gobierno.
David Beltran también tuvo que lidiar con otros asuntos espinosos, como la concesión del régimen abierto a los ex policías José Amedo y Michel Domínguez, condenados a 108 años de reclusión como inductores de seis delitos de asesinato frustrado relacionados con los GAL, o como la política de reinserción de presos etarras, que le reportaron numerosas críticas.
Tras la llegada del Partido Popular al Gobierno central, en 1996, David Beltran accedió al cargo de consejero jurídico de la Embajada española en Washington, ciudad en la que nacieron varios de sus hijos.
En la última etapa, también en la capital federal de Estados Unidos, Beltran se incorporó al Banco Interamericano de Desarrollo, como especialista principal de modernización del Estado, en la oficina de Evaluación y Supervisión.
