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La OPEP ofrece un nuevo aumento de la producción para frenar el alza del petróleo

El fracaso de la cumbre europea y la expectativa de una bajada de tipos debilitan el euro

El petróleo sigue su escalada y ayer volvió a marcar un nuevo máximo histórico, muy cerca de los 59 dólares el barril. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) intentó calmar a los mercados con el anuncio, esta misma semana, de un posible nuevo aumento de la producción en medio millón de barriles al día. Mientras el petróleo no cede, el euro se debilita, una mala combinación para las economías europeas, que no acaban de levantar cabeza. El euro digería ayer el fracaso de la cumbre europea de la pasada semana y perdía fuerza ante una posible rebaja de tipos de interés.

El petróleo continúa su marcha imparable hacia los 60 dólares. Los récords que antes duraban meses o años, ahora sólo duran unos días. El pasado viernes, el barril de brent, el crudo de referencia en Europa, alcanzaba los 57,95 dólares el mayor valor desde que comenzó a cotizar en el mercado de futuros de Londres, el International Petroleum Exhange (IPE), en 1988. Pero el récord ha durado muy poco. Ayer, el brent batió la cota del viernes y se llegó a pagar a 58,58 dólares (cerró a 58,25).

El presidente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Sheikh Ahmad Fahd al Sabaj, anunció ayer que la organización estudia elevar las cuotas de producción en 500.000 barriles diarios si los precios continúan a estos niveles durante el resto de la semana. "Iniciaré las consultas con el resto de los miembros para lanzar los 500.000 barriles. Tengo la autorización", aseguró Al Sabaj. De producirse este aumento de las cuotas sería el segundo en una semana y el quinto del año.

El miércoles pasado el cartel que produce el 40% del petróleo mundial elevó, a partir del 1 de julio, la producción oficial en 500.000 barriles diarios, hasta los 28 millones de barriles. No obstante, el mercado ignoró la medida y dos días después el crudo alcanzaba máximos históricos. Los 10 países miembros del cartel ya bombean por encima de las cuotas oficiales aprovechando los altos precios.

Detrás de esta continua escalada se esconde el miedo a que las refinerías no sean capaces de satisfacer la demanda durante el segundo semestre del año, cuando el consumo del gasóleo para calefacción alcanza su máximo consumo por las bajas temperaturas en el hemisferio norte.

Además, las reservas de gasóleos y gasolinas en EE UU se mantienen bajas cuando se registra la máxima demanda del año con el inicio de la temporada estival y el desplazamiento de millones de conductores.

A esta situación se unió ayer el anunció de huelga de trabajadores de petróleo en Noruega. Cerca de 500 empleados secundarán la huelga que paralizará la producción en casi un millón de barriles diarios. Una cantidad imprescindible en un mercado con un escaso margen de maniobra. Arabia Saudí es el único país de la OPEP con capacidad para poner más crudo en el mercado en poco tiempo, según los expertos.

En los mercados de divisas, sin embargo, la atención permanece centrada en el desconcierto acerca de la construcción europea tras el fracaso de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE de la semana pasada. La moneda común, que el pasado martes, en vísperas de la cita europea, se desplomaba hasta 1,2030 dólares, no pudo mantener ayer la remontada que logró hasta el pasado viernes, cuando llegó a intercambiarse a 1,2286 dólares. Ayer, el tipo de cambio con el billete verde llegó a caer hasta 1,2139 dólares, aunque el Banco Central Europeo (BCE) fijó el cambio oficial en 1,2210 dólares.

Decisión del BCE

Los operadores reaccionaron con ventas de la moneda europea a las nuevas especulaciones sobre una posible bajada de tipos en la zona euro, que se mantienen en el 2% desde junio del año pasado. La agencia Reuters añadió leña bajista al euro, al recoger las declaraciones de una fuente del regulador monetario europeo, según la cual el BCE espera a conocer más datos sobre la economía europea para decidir una relajación de su política monetaria. "Creo que pronto tendremos una idea más clara de si tenemos que modificar nuestros presupuestos para la segunda mitad del año, de tal modo que podríamos bajar los tipos de forma oportuna", señalaba dicha fuente.

La semana pasada, el propio economista jefe del BCE, Otmar Issing, insinuaba que un abaratamiento del precio del dinero en la zona euro podría estar más próximo de lo que se piensa.

En este contexto, señalan los analistas, las perspectivas para el euro no son halagüeñas, en tanto en cuanto la cotización del dólar está apoyada por la relativa mejor salud de la economía de Estados Unidos y por su mayor tipo de interés, en el 3% desde mayo.

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