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Rabat impide la entrada en el Sáhara occidental a cuatro parlamentarios catalanes

El diputado Joan Herrera (IV) afirma que "Marruecos sólo acepta visitas pactadas"

Hay imágenes que valen más que mil palabras. Rafael López, del Partido Popular (PP), y Jordi Castells, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ambos miembros del Parlamento de Catalunya, pelearon ayer codo con codo, y con especial ahínco, con la policía marroquí apostada en la escalerilla del avión de Binter para intentar desembarcar en El Aaiún junto con una delegación de diputados catalanes y de asociaciones simpatizantes con el Frente Polisario. Tras 45 minutos de forcejeo, regresaron en el mismo aparato a Las Palmas.

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Setenta y dos horas después de que las autoridades marroquíes prohibiesen la entrada a un grupo de políticos madrileños y de ONG, un diputado del Congreso, Joan Herrera (IV), tres parlamentarios autonómicos catalanes, Rafael López (PP), Albert Batalla (CiU) y Jordi Castells (ERC), así como Neus Canelles y Rosa Vila, responsables de la Coordinadora Estatal de Asociaciones de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, fracasaron también en su intento de desembarcar en la capital de la ex colonia española.

Su objetivo era, según relataron, comprobar la situación en la ciudad tras las manifestaciones de finales del pasado mayo en El Aaiún a favor de la independencia del territorio. En las cargas de las fuerzas de seguridad resultaron heridas 57 personas y varias decenas fueron detenidas, de las que 33 han sido puestas a disposición judicial.

Apenas había parado sus motores el aparato ATR 72 de Binter, procedente de Las Palmas de Gran Canaria, media docena de policías de paisano se colocaron en la plataforma de la escalerilla delante de la puerta. Mientras, el comandante anunciaba por los altavoces que cuatro pasajeros -los cuatro diputados- no podían abandonar el avión.

El anuncio produjo desconcierto. Neus Canelles y Rosa Vila pensaron entonces que sí podían desembarcar. Pero los policías apostados en la puerta les transmitieron la prohibición tras controlar sus pasaportes. "Las autoridades marroquíes han comunicado a las suyas que ustedes no pueden bajar", les espetó un agente. Los periodistas que les acompañaban fueron, en cambio, autorizados a salir pero todos, excepto dos, rehusaron el ofrecimiento, porque querían recoger las reacciones de los diputados en el vuelo de regreso.

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Empezó entonces un largo tira y afloja entre la delegación, empeñada en bajar o, por lo menos, en hablar con el wali (gobernador civil), y policías que afirmaban cumplir órdenes de Rabat.

Rafael López y Neus Canelles pidieron auxilio por teléfono a una representante de la Minurso (contingente de Naciones Unidas), pero esta les contestó, según dijeron, que no podía ayudarles y que el territorio lo administra Rabat. La doctrina del asesor jurídico de la ONU es que Marruecos no es la potencia administradora.

El forcejeo, filmado por varias televisiones, concluyó con un atropellado cierre de la puerta del aparato que le propinó a Neus Canelles un golpe en un brazo. Minutos después, una vez en el aire, el comandante le presentó sus disculpas.

Si la prensa pudo trabajar sin dificultades, Amparo Lastagaray, depositaria de los bienes del Estado español en el Sáhara y que hace, a veces, labores informales de cónsul, no tuvo las mismas facilidades. La Embajada de España en Rabat le pidió que se acercase al avión pero la policía no le permitió pasar de la terminal de salida.

"Está claro que Marruecos sólo acepta visitas pactadas, y que intentará teledirigir, porque, pese a que proclama que hay normalidad, debe de tener algo que esconder", se lamentaba Joan Herrera. Se refería al anuncio, hecho el pasado lunes por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, de que en breve irá al Sáhara una delegación del Congreso.

Críticas a Moratinos

Casi tanto como contra Marruecos, los diputados arremetían contra Miguel Ángel Moratinos, que les desaconsejó el viaje. "Todo esto se enmarca en un giro de la posición española, que ha pasado de la neutralidad activa al alineamiento con una de las partes", recalcaba López. Castells animaba, por su parte, a otras delegaciones de Parlamentos autonómicos a desplazarse a El Aaiún, "porque no es un numerito de cara a la galería sino una manera de presionar a Rabat para que abra el territorio que ocupa".

[Por su parte, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, declaró que Marruecos y el Frente Polisario, con el apoyo de Argelia, están de acuerdo en pedir a la Minurso un informe sobre los sucesos registrados en El Aaiún en las últimas semanas.

El informe, que hasta ahora no era favorecido por las partes es, en opinión del Gobierno, uno de los medios básicos para desactivar la crisis. El otro, que León promovió ayer en Rabat, tras visitar Argel, Tinduf y Nuakchott, es una mayor transparencia de las autoridades marroquíes en la gestión informativa de estos sucesos, de las visitas de delegaciones españolas que intentan visitar el Aaiún y de la invitación al Sáhara a sendas delegaciones del Congreso y el Senado].

Los integrantes de la delegación del Parlamento catalán, a su llegada al aeropuerto de Las Palmas tras no poder desembarcar en El Aaiún.
Los integrantes de la delegación del Parlamento catalán, a su llegada al aeropuerto de Las Palmas tras no poder desembarcar en El Aaiún.EFE

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