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Una excelente fuente de energía

La creatina (ácido metil-guanidín acético) es una sustancia que está presente en la dieta de todos nosotros, sobre todo en carnes y pescados. Normalmente, no solemos ingerir más de 1 gramo al día. Una de sus principales funciones es viajar a los músculos, donde se almacena como creatina-fosfato. Una vez dentro de las células musculares, la creatina-fosfato es el depósito de energía más rápido y eficiente de que disponen éstas. Sobre todo, para esfuerzos repetidos de elevada intensidad, incluso explosivos, y con escasa recuperación entre los mismos. Por ejemplo, los repetidos sprints que deben realizar los futbolistas en un partido. El problema es que la capacidad que tenemos los humanos de almacenar creatina-fosfato es bastante limitada, con lo que esta excelente fuente de energía se nos agota enseguida.

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Dada la importancia de la creatina-fosfato en ejercicios explosivos y la habitual escasez de sus depósitos, en los años 90 prestigiosos científicos escandinavos y anglosajones se plantearon la posibilidad de aumentar los depósitos de creatina-fosfato a través de un aporte suplementario de creatina en la dieta, en forma de cápsulas o en polvo. Así, demostraron cómo los almacenes musculares de creatina-fosfato de un deportista aumentan considerablemente cuando éste consume 20 gramos de creatina al día, es decir, 20 veces más que la cantidad habitual en la dieta. Y con ello, su capacidad para realizar esfuerzos repetidos de tipo explosivo. Por ejemplo, un futbolista podría aguantar más sprints, o podría seguir saltando a rematar de cabeza con la misma energía en el segundo tiempo que en los primeros minutos de partido. Además, al almacenarse en las células musculares, la creatina retiene agua dentro de las mismas, lo cual parece ser un estímulo para que éstas se hipertrofien (agranden) y se vuelvan más fuertes.

Gracias a estos estudios con deportistas hoy sabemos que la creatina también es un buen suplemento nutricional para aquellas personas cuyos músculos están especialmente debilitados y atrofiados: pacientes con enfermedades neuromusculares, cardiópatas o ancianos. La capacidad física de estas personas, y por ende su calidad de vida, puede mejorar con la creatina. Por otra parte, a día de hoy -y ya van cientos de estudios publicados al respecto- no parece demostrado que la administración controlada y supervisada de suplementos de creatina, que se suelen vender en tiendas deportivas especializadas, tenga efectos adversos para la salud. Como tampoco parece que su administración en inyecciones, como el famoso Neoton® que le inyectaban a Cannavaro, ofrezca necesariamente más ventajas que su administración en cápsulas o en polvo, ni que acelere sus efectos sobre el rendimiento deportivo. En todo caso, podría proporcionar un mayor efecto psicológico o placebo al deportista de alta competición. Eso es todo.

Alejandro Lucía es catedrático de la Universidad Europea de Madrid

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