_
_
_
_
_
Entrevista:TROTAMUNDOS | CRISTINA MORATÓ - PERIODISTA | PROPUESTAS

Mi boda maya

La periodista y fotógrafa barcelonesa ha recorrido 50 países en los últimos 25 años. Su "bautismo de fuego", como ella lo llama, fue fotografiando los campamentos de refugiados de Centroamérica. Es vicepresidenta de la Sociedad Geográfica Española y acaba de publicar Las damas de Oriente (Plaza y Janés).

Tanto le apasiona la cultura indígena que se casó rodeada de ella.

Un año antes de casarme había estado en Chiapas haciendo un reportaje sobre los tejidos mayas y descubrí una aldea maravillosa, Zinacantán, a una media hora de San Cristóbal de las Casas. Un lugar muy especial. Descubrí una iglesia pequeñita que me cautivó, con ese sincretismo católico y maya. Propuse a mi pareja celebrar la boda en ese espacio mágico.

¿Quiénes fueron los invitados?

La iglesia se abarrotó de indígenas y la ceremonia fue en castellano y en tzotzil. Vinieron todos con sus mejores trajes, y yo pensando: "¡Dios mío, y yo sin cámara!"; pero, claro, no iba a ponerme a hacer fotos.

¿Y cómo se vistió?

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Llegué a un acuerdo con los cofrades, porque querían que me pusiera su traje de boda, una túnica larga bordada y decorada con plumas. Les tuve que convencer de que yo me traería mi propio vestido, uno sencillo y campestre. En el banquete, que fue al aire libre, me puse la túnica, pero como mido 1,80 metros me llegaba por las rodillas en lugar de por los tobillos. No veas las risas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_