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OPINIÓN | Apuntes

Diez años de la fundación del Instituto Joan Lluís Vives

Con diez años de historia el Instituto Joan Lluís Vives ya tiene un pasado, un magnífico presente y un espléndido futuro. Tiene sus oportunidades y sus amenazas, sus desafíos y respuestas. Nos acercó la visión y la pasión del camino a recorrer. Y nos inspiró siempre la raíz profunda del pensamiento compartido.

Para conmemorar mejor estos diez años de vida del Instituto Joan Lluís Vives, es necesario redimensionar a fondo la visión estratégica de la Fundación y particularmente relanzar sus metas. Eso exige la vigencia del Instituto Joan Lluís Vives como instrumento necesario para que las universidades que integran esta red actúen de manera coordinada y conjunta sobre valores históricos, culturales y lingüísticos.

Nada convoca tanto como el futuro. Al asomarnos a él estamos frente a una serie de desafíos que requieren un potente esfuerzo: la construcción de nuevos retos que se presentan en ciclos cada vez más breves, los cambios en el mundo universitario, empresarial y socioeconómico.

Una nueva y constante cultura organizacional es necesaria, la creciente conciencia sobre los derechos humanos y la ecología, la consolidación de una cultura de convivencia dialogante, pacífica y fraterna. Todo esto reclama a nuestras universidades a tener, cada vez más, una mayor capacidad de cooperación. Proyectar el futuro es esencialmente una tarea de todos.

Conocer el contexto presente y las principales tendencias de desarrollo en el espacio europeo de Educación Superior, así como propiciar una reflexión sobre el futuro de la universidad son motivos que nos llevan al análisis y, a la búsqueda, de enriquecimiento y construcción de una universidad dinámica, investigadora y en constante evolución hacia la calidad y la excelencia.

Transcurridos diez años, el balance es positivo. Sin lugar a dudas, el Instituto ha dado buenos resultados. Fue, es y sigue siendo un proyecto con éxito y de éxito. Con los años ha conseguido consolidarse como una referencia y ha contribuido con decisión y de modo efectivo a la unión entre las instituciones académicas que lo componen.

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Queda mucho por hacer. Las universidades tenemos que adaptarnos a situaciones nuevas, como parte de la estrategia que tenemos que desempeñar. Esto únicamente es posible si estamos dispuestos a entender a otras personas, a otras culturas. En ese sentido, es necesario respetar valores tan fundamentales como el pluralismo, la comprensión mutua y la convivencia pacífica.

Aprender de modo continuado es, sin duda, uno de los retos a los que se enfrenta el Instituto Joan Lluís Vives. Ahora, y en el transcurso de los próximos años, las universidades van a tener que estar, si cabe, más co-implicadas a través de diferentes programas de actuación. Las universidades de nuestra red debemos potenciar, a través de proyectos comunes la relación a fin de coordinar la docencia, la investigación y la acción cultural y de servicios.

Desde nuestros diferentes ámbitos geográficos debemos aprovechar al máximo los recursos de que dispongamos para, de esta manera, potenciar y permitir a la comunidad universitaria el acceso más eficiente a ellos, así como difundir al máximo nuestro legado.

La UMH es una institución académica al servicio de la sociedad con la que participar y colaborar para la construcción de su propia identidad cultural y su desarrollo económico.

Por ello, con ese mismo planteamiento global, la UMH quiere aportar todo su apoyo y sus esfuerzos para enriquecer y consolidar la Xarxa Joan Lluís Vives mediante propuestas en el ámbito de la formación, de la investigación, de la gestión, y del servicio a nuestra sociedad.

Jesús Rodríguez Marín es rector de la Universidad Miguel Hernández de Elche

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