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AULAS

La discapacitados en las universidades andaluzas representan el 0,36% del alumnado

Cada institución tiene su propia política para facilitar los estudios a las personas con minusvalías

El 0,36% de los universitarios andaluces tienen alguna discapacidad, frente al 3% nacional, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. "Entendemos que el porcentaje es muy bajo y es consecuencia de la educación que han recibido antes, muestra las carencias de la educación reglada", afirma Gonzalo Rivas, secretario de la Confederación Andaluza de Minusválidos Físicos (CAMF), quien no ha aportado el dato del 0,3%. El número de alumnos con discapacidad no llega al 1% en ninguna de las nueve universidades andaluzas. Málaga, con un 0,59%; seguida de Almería, con un 0,47%, y Huelva, con el 0,41%, son las primeras de esta lista. Málaga es una de las pioneras y ha puesto en marcha un plan para facilitarle la vida a los estudiantes con discapacidad. EL PAÍS ha hecho un repaso a la situación de estos alumnos en las universidades andaluzas.

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La iniciativa malagueña

La atención que reciben los discapacitados en las universidades de la comunidad no es homogéneo y depende de cada centro. Almería y Málaga cuentan con servicios específicos como la Unidad de Apoyo al Estudiante con Discapacidad de la Universidad de Almería (UAL), que ofrece una atención directa al alumno y hace de mediador entre la familia y el profesorado. La UAL cuenta con un Secretariado de Asuntos Sociales, dirigido por el profesor Antonio Sánchez Palomino; quien reconoce que las dificultades mayores estriban en la adaptación del material didáctico, sobre todo, en el caso de los alumnos sordos. "Hay un vacío legislativo tremendo. Tenemos que aceptar a cualquier persona discapacitada pero no hay recursos técnicos ni recursos humanos" dice Sánchez Palomino.

En otros centros, especialmente en los de Cádiz y Córdoba, las autoridades académicas van subsanando los problemas que les plantean los alumnos en cuanto a barreras arquitectónicas. Mientras que en las dos de Sevilla, en Jaén y Granada son los servicios generales de atención a los alumnos los que se ocupan de las necesidades de estos estudiantes.

Y es que, en el caso de Cádiz, de los 30 discapacitados que estudian sólo cuatro han manifestado su condición, el resto no ha reclamado ningún tipo de ayuda, se sabe de su problema a través de las becas. Por ejemplo, la Asociación Gaditana de Discapacitados Físicos reclama una mayor atención en aspectos como la colocación de los teléfonos o la altura de los paneles de información. En cuanto a la eliminación de las barreras arquitectónicas, los nuevos edificios están adaptados y en los antiguos se van eliminando cuando alguien lo solicita, como ocurrió hace un tiempo con un alumno de Derecho en Cádiz pidió un elevador para acceder a la biblioteca.

En la Universidad de Granada (UGR) existe un gabinete de Atención Social que se encarga de estos alumnos a partir de los formularios de matrícula. Se pone en contacto telefónicamente con los estudiantes. Estos alumnos están exentos de pago en su primera matrícula. La UGR se ha convertido en centro de referencia para personas sordas o con deficiencias auditivas, según la Asociación Pro Derechos de los Sordos de Granada (Asprodes), que asegura que a sus centros acuden alumnos de toda España.

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Según el grado de discapacidad, la universidad les ofrece un intérprete de lengua de signos, un selector de ondas (radio con auriculares que anula el ruido de fondo), bloces autocopiativos (que permiten hacer varias copias de los apuntes) o becarios de colaboración (alumnos que les proporcionan sus notas y les informan sobre exámenes y tutorías).

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