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Reportaje:

El reinado de los dinosaurios continúa

Todos los datos apuntan a que las aves son un grupo de 'lagartos terribles' que no se extinguió

Jacinto Antón

Las aves descienden de dinosaurios carnívoros. Pero no sólo eso: ellas mismas son, de hecho, dinosaurios. La lógica consecuencia de esa aseveración es que en realidad los dinosaurios no se extinguieron hace 65 millones de años sino que siguen aquí. Y continúan dominando el mundo -al menos el de los vertebrados- como lo hicieron durante los 180 millones de años del mesozoico. Ésta es la opinión de, entre otros, el paleontólogo Luis M. Chiappe, del Departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural de Los Ángeles, uno de los participantes en el encuentro sobre dinosaurios celebrado en el nuevo museo de la ciencia de Barcelona. Chiappe es bien conocido por ser uno de los responsables del sensacional y masivo hallazgo de huevos de saurópodos titanosáuridos -incluida piel fósil de un embrión- en Auca Mahuevo, en la Patagonia argentina.

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"Hay ya un consenso aplastante en torno a la idea de que las aves provienen de un tipo de dinosaurios terópodos, los maniraptores", explica Chiappe ( entre los maniraptores están los dromeosáuridos, la familia del spielbergeriano velociraptor, al que por cierto ahora se retrata con una extravagante capa de plumas). De una divergencia evolutiva de esos dinosaurios hace 180 o 200 millones de años surgieron las aves primitivas, que empezaron a volar y redujeron sustancialmente su tamaño; muchos linajes se extinguieron y los supervivientes dieron lugar a las aves modernas. "El problema a resolver es qué grupo de maniraptores es el más cercano emparentado evolutivamente con las aves. No por capricho, sino porque es la manera de conocer las herramientas que habían desarrollado, de dónde partieron para superar los desafíos que afrontaron, el más claro de los cuales fue el volverse organismos voladores".

"Muchos de los rasgos que asociamos a las aves se desarrollaron evolutivamente antes del origen de éstas, en realidad son características que heredaron", señala el paleontólogo. "La puesta secuencial, el empollar, las plumas, las posturas para dormir, hasta la fúrcula, el hueso de la suerte, son rasgos que encontramos en dinosaurios". El plumaje lo desarrollaron antes los dinosaurios, pero se descarta que estuviera relacionado con el vuelo. ¿Para qué era entonces? "No tenemos aún una respuesta segura. Incluso algunos dinosaurios con brazos muy cortos y proporciones inadecuadas para volar poseían plumas. Seguramente tenía que ver con mantener la temperatura corporal. Los últimos descubrimientos prueban que los dinosaurios crecían mucho más deprisa de lo que pensábamos -de ello se ha hablado en las jornadas-; si tenían un metabolismo mayor habría grandes beneficios en mantener el calor, y las plumas funcionan muy bien como aislante. Pero hay otras opciones: quizá las plumas aparecieron en un marco reproductivo, para identificar a posibles parejas, o para el cortejo".

Sea como fuere, lo del tiranosaurio con plumas sigue siendo difícil de asumir para la generación de Hace un millón de años. "No sólo es factible, sino que ya tenemos restos de tiranosáuridos primitivos, de tamaño modesto -un par de metros-, con plumas. Es posible que Rex y los grandes tiranosáuridos, de 12 a 15 metros y de cinco a seis toneladas, nacieran con emplumado y luego perdieran la capa. El volumen ya es en sí un aislante. En todo caso, está claro que las formas primitivas del tiranosaurio -que era un terópodo- tenían plumas".

Chiappe opina que las plumas ofrecieron desde el principio beneficios aerodinámicos, aunque no fueran aéreos. "Si un animal corre y bate los brazos emplumados, aunque sean apéndices pequeños, consigue una aceleración mayor, una ventaja para capturar presas o escapar de depredadores". Chiappe es partidario de la teoría según la cual los antecesores de las aves eran animales terrícolas (ground-up theory) frente a la que propugna (tree-down theory) que habrían sido pequeños terópodos como el microraptor que trepaban a los árboles y planeaban. Para Chiappe, el microraptor es un animal fascinante (tiene cuatro alas) pero constituye un callejón sin salida evolutivo. "Vamos a encontrar muchos de esos animales en la transición dinosaurios-aves, modelos experimentales, con diseños raros, como en los inicios de la historia de la aviación".

Una pregunta obligada es ¿si las aves son dinosaurios, por qué no se extinguieron? "Ya es difícil decir por qué algo se extinguió, así que imagínese decir por qué no se extinguió. La enorme ventaja de las aves es su capacidad de volar. Eso las ha hecho muy exitosas y habrá jugado un papel importante para preservarlas". Sin embargo, los pterosaurios también volaban y se extinguieron.

En todo caso, y pese a su número y su éxito, las aves actuales serían sólo un pequeño grupo de dinosaurios supervivientes. "Hay 10.000 especies de aves, así que podemos suponer la asombrosa cantidad de especies de dinosaurios que debió de haber en el mesozoico. Apenas hemos empezado a escarbar en esa diversidad".

El paleontólogo Luis M. Chiappe, junto a los fósiles de iguanodontes que exhibe Cosmocaixa, en Barcelona.
El paleontólogo Luis M. Chiappe, junto a los fósiles de iguanodontes que exhibe Cosmocaixa, en Barcelona.SUSANA SÁEZ

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.
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