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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Alma señorial del pueblo

Marqués de nacimiento y alma de la canción española durante muchos años (lo han cantado desde Estrellita Castro a Rocío Jurado, pasando por Conchita Piquer), Rafael de León, nacido en Sevilla en 1908, en el seno de una muy linajuda familia, se quiso y fue -de una peculiar manera- poeta. Buen lector de poesía, amigo cercano en su juventud de García Lorca, y admirador de Manuel Machado, Rafael de León iba a ser un poeta de canciones y no de libros. Ojos verdes -la canción que estrenó Miguel de Molina- fue escrita en Barcelona en 1935, a la vista o en recuerdo de un marinero rubio, que vieron Lorca y De León en el puerto. Desde los 18 años, Rafael de León -señorito volcado al alma popular, al neopopulismo del 27- escribió poemas y letras de canciones, que tuvieron rápido éxito, y que en la posguerra fueron la verdadera educación sentimental, contradictoria, de muchos españoles. Su caso será parecido al de José Antonio Ochaíta y al de Xandro Valerio, afamados letristas y olvidados poetas. ¿Puede decirse lo mismo del mexicano José Alfredo Jiménez o incluso hoy día, o en el próximo futuro, de Aute o de Sabina? Desde hace siglos la Poesía es escritura, mientras que la canción real, con música, que fue la mejor poesía medieval, ha pasado al menos desde el siglo XVIII al ámbito de lo casi exclusivamente popular, a menudo, denostado por los cultos. ¿No debiera la poesía culta -ahora mismo- aprender algo del éxito comunicativo de la poesía popular? Es verdad que los lectores de poesía son escasos, pero una grandísima mayoría acude a ella a través de la canción, aunque se trate a veces (no fue el caso de Rafael de León) de textos muy pobres. Un clasiquísimo y perfecto soneto abarrocado -Duda- es una canción de De León que Rocío Jurado ha vuelto popular: "¿Por qué tienes ojeras esta tarde? / ¿Dónde estabas amor de madrugada, / cuando busqué tu palidez cobarde / en la nieve sin sol de la almohada?

ENTRE EL GOZO Y LA PENA

Rafael de León

Renacimiento. Sevilla, 2004

229 páginas. 10 euros

Rafael de León, fallecido en 1982, publicó en vida cuatro libros de poemas: Pena y alegría del amor (1941), Jardín de Papel (1943), Amor de cuando en cuando (1954) y Profecía (1954). No es casualidad que los libros donde poemas y versiones de las canciones se entremezclan correspondan a la época de su mayor popularidad como letrista: la posguerra. Es evidente que la obra editada está muy lejos de la fama pública de su autor, que ya fue célebre en el Paralelo barcelonés antes de la Guerra, durante la que su supuesta mala vida de señorito homosexual y perdido (véase el poema Mazazo) no evitó que fuera encarcelado, en la Modelo de Barcelona, por derechista y monárquico.

Cierto que la poesía de Rafael de León (siempre apasionado, muy a menudo populista) debe mucho al García Lorca más clásico, al de Romancero gitano o aun al de Poeta en Nueva York (véase Réquiem por Federico) como también debe, menos visiblemente, al mencionado Manuel Machado, tan amigo del Cante Hondo, como se titula uno de sus libros. Y así, quizá, literariamente hablando, Rafael de León sólo sea un epígono brillante del posmodernismo y de la veta más clásica, barroca y sensual del 27. Ello es cierto, pero la definición no cumpliría el enorme papel que Rafael de León ha tenido en tantísimas vidas como poeta popular (María de la O, Mari Cruz, Triniá, Romance de la otra, Tatuaje...

). Y estas dos realidades -poesía culta/poesía popular- son las que hoy por hoy parece casi imposible conjugar. El lector va a encontrar en este volumen sorpresas de genuina poesía, y también letras imposibles de leer tararear: "La Lirio, la Lirio tiene, / tiene una pena La Lirio...".

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