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El BBVA dice que Sacyr sólo entrará en el consejo si lo aprueba la junta de accionistas

Esta operación penaliza las inversiones en España, según fuentes próximas al banco

El BBVA ha planteado abiertamente la guerra a Sacyr Vallehermoso tras el intento de este grupo de entrar en el capital del banco y formar parte activa de la gestión del mismo. En ese sentido, el banco ha hecho saber a la constructora que si quiere entrar en su Consejo de Administración deberá someterse a la aprobación en la junta general de accionistas, siempre que posea al menos el 6,25% del capital. Por otra parte, fuentes próximas al banco subrayan que las implicaciones políticas que pueden derivarse de la operación están socavando el crédito internacional de las empresas españolas entre los inversores.

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La guerra continúa. Ayer el parte de batalla procedió del campo del BBVA, que siguió en su ofensiva para derribar a Sacyr Vallhermoso en el intento de esta empresa de aterrizar en su consejo y participar en la gestión del banco. El grupo constructor se limitó a contemplar los movimientos del rival.

El enfrentamiento se enconó en la mañana del jueves, después de que el presidente de Sacyr, Luis del Rivero, suspendiera en el último momento la reunión que había solicitado con el presidente del BBVA, Francisco González, alegando que quería esperar a la respuesta del Banco de España a su petición de aclaración sobre si el capital pretendido (el 3,15%) se puede considerar significativo o no para entrar en la entidad. González convocó después al consejo, que emitió un comunicado con un duro ataque a Sacyr. El banco central, mientras tanto, contestó que no está para poner consejeros y recordó la normativa bancaria, según la cual un participación significativa es la que supera el 5% o, siendo menor, supone una influencia notable. Algo que no reconoce el BBVA y que reclama Sacyr.

Todos estos movimientos se han puesto en conocimiento del Gobierno, cuyos portavoces oficiales han negado reiteradamente que hayan tenido intervención alguna. A pesar de ello, en el entorno del banco se considera que operaciones de este calado minan el crédito internacional de las empresas españolas y que ello está suponiendo "un descuento político" entre los inversores institucionales internacionales, que les aleja del país.

En el propio banco reconocen que el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, ha tenido una actitud muy ecuánime y que fue él quien incitó a las partes a que negociaran. Al respecto, las fuentes de este departamento subrayan que en ningún momento ha habido injerencias políticas y, por tanto, no puede existir penalización política alguna sobre las inversiones.

En la misma línea que el comunicado enviado el día anterior a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la entidad que preside González insistió ayer en el rechazo a una operación considerada hostil. Para el actual equipo gestor del BBVA, existe "un evidente conflicto de intereses" por parte de las personas que plantean su entrada en el banco (el envite va especialmente dirigido contra Juan Abelló, consejero del Santander) y su presencia es "anómala".

Para el BBVA, la posibilidad de tener un puesto en el consejo pasa por superar una participación del 6,25% (división de 100 entre 16, que es el número máximo de consejeros permitido en estatutos). Además, sostiene que, en todo caso, tendría que someterse a la aprobación de la junta general de accionistas, que debe también tener en consideración cuestiones ajenas a la mera participación como la estabilidad que supone en la gestión. El consejo posee el 1,3%, del que el Telefónica tiene el 1,2%.

En ese sentido, el equipo gestor cree que provocaría lo contrario, por lo que se opone frontalmente a la entrada. Lo normal es que la presidencia del banco controle más de la mitad de las acciones presentes y representadas de una junta, lo que da garantías de que no tendría problemas en rechazar ese posible intento. En ese caso, los pretendientes podrían incluso acudir a los tribunales y reclamar el puesto en el consejo.

La intención inicial de Sacyr es comprar el 3,15% del BBVA -proporción a la que se añadiría el 0,47% qur comprarían Juan Abelló y Demetrio Carceller- por 1.250 millones de euros y tener varios consejeros. Las fuentes consultadas del entorno del banco aseguran que, en los contactos que tuvo con José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado de la entidad, reclamó hasta cinco representantes y dos vicepresidentes. Esas fuentes también sostienen que en esos primeros intercambios se llegó a hablar de un control de hasta el 8%.

Sede del BBVA en el paseo de la Castellana de Madrid.
Sede del BBVA en el paseo de la Castellana de Madrid.RAÚL CANCIO

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