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LA MOVIDA EN LAS CAPITALES ANDALUZAS

Los compañeros del joven asesinado en Cádiz piden medidas contra la violencia

El asesinato el pasado fin de semana de un universitario de 23 años en la zona de la movida de Cádiz ha llevado a sus compañeros a crear un grupo de presión para pedir a las autoridades medidas que eviten que se repitan episodios violentos. Se trata,según dicen de que los políticos garanticen su derecho a la diversión y a circular libremente por la calle.

El botellón de Cádiz se mueve por dos zonas según la estación del año. En otoño e invierno, unos 8.000 jóvenes acuden entre las 12 de la noche y las 4 de la madrugada en el casco antiguo a las plazas de Mina y San Francisco, así como las calles aledañas Rosario y Tinte. El Ayuntamiento de Cádiz ha declarado recientemente estas dos últimas vías Zonas Acústicamente Saturadas, lo que impide la apertura de nuevos bares o discotecas. A partir de las 4 de la madrugada, la movida se desplaza a la Punta de San Felipe, que cuenta con una sucesión de discotecas y pubs que no cierran hasta el amanecer.

El consistorio gaditano también ha impuesto la restricción de nuevas aperturas a la calle Muñoz Arenillas -cerca de la playa Victoria-, que es donde se concentra la movida en primavera y, especialmente, en verano, en una cifra que duplica e incluso triplica la del centro histórico. Asimismo, la Policía Local comenzó hace 15 días una campaña para detectar los llamados vehículos discotecas que proliferan especialmente en las zonas de la movida juvenil.

Con esta iniciativa, el Ayuntamiento de Cádiz quiere eliminar las habituales estampas de coches con la música a todo volumen y con las puertas y el maletero abiertos de par en par mientras sus ocupantes bailan y consumen alcohol en plena calle a altas horas de la madrugada. Sólo en la primera noche que se activo este dispositivo, los agentes multaron a los propietarios de siete turismos que circulaban cerca de la zona de la movida juvenil con la música a un elevado volumen. Los dueños fueron sancionados con 150 euros por infringir el reglamento autonómico sobre la contaminación acústica. La policía les precintó además los equipos de música, aunque no se vieron obligados a inmovilizar y retirar los turismos porque no estaban estacionados.

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