_
_
_
_
_
Reportaje:BALONCESTO | La noche más triste de la NBA

Batalla campal en Detroit

Una refriega entre Ben Wallace y Artest deriva en una monumental tangana con múltiples agresiones entre jugadores de Indiana y espectadores

Lo que debía haber terminado en una contundente victoria de los Pacers de Indiana sobre los Pistons, en Detroit, se convirtió en el capítulo más desagradable de la historia de la NBA, en el que los hinchas adquirieron un desgraciado protagonismo. Los aficionados estadounidenses al baloncesto siempre se han caracterizado más por engullir perritos calientes y consumir litros de alcohol que por vivir los partidos como se entiende en el resto del mundo: con pasión, con cánticos y, en algunas ocasiones, hasta con insultos al equipo contrario y a los árbitros. Pero todo cambió a falta de 45 segundos para el final, cuando Indiana ya tenía sentenciado el encuentro (82-97) en su visita al Palacio de Auburn Hills, la cancha de su máximo rival en la Conferencia Este.

Cuatro jugadores quedan por ahora suspendidos indefinidamente tras una bronca sin precedentes

Una innecesaria falta intencionada del problemático Ron Artest, ala-pívot de los Pacers, a Ben Wallace, pívot de los Pistons, dio comienzo a un enfrentamiento entre los jugadores de ambos conjuntos, algo cada vez más común en la NBA. Sin embargo, cuando los ánimos comenzaban a calmarse, los hinchas de los Pistons, en una actuación sin precedentes en la NBA, se unieron a la pelea barriobajera que tenia lugar en el parqué arrojando vasos de cerveza a los jugadores de los Pacers. Tras recibir el impacto de unos de ellos, Artest, el temperamental y excelente defensor de Indiana, que, curiosamente, se había comportado de manera tranquila durante el incidente entre los jugadores, se lanzó a la grada en busca de su agresor. Tras saltar cinco filas en dos zancadas, agarró a un joven por el cuello como si se tratara de una gallina. Acorralado cada vez por más hinchas, recibió la ayuda de otro conocido pandillero, Stephen Jackson, que comenzó a soltar ganchos a todo los que se movía, que era mucho. Otros aficionados pensaron que ésa era la suya y se unieron a la causa, pero no para separar a los violentos, sino para atacar a los Pacers, que, por entonces, tenían ya a seis jugadores en las gradas.

Tras unos segundos de confusión, Artest y Jackson estaban de nuevo en el parqué, pero, ante la tensión del momento, volvieron a caer en la provocación de varios hinchas que ya estaban a pie de cancha dando comienzo al tercer asalto. Esta vez el protagonismo recayó sobre la estrella del equipo, Jermaine O'Neal, un pívot de 2,11 metros de estatura y 110 kilos de peso, que alcanzó con un gancho el rostro de un aficionado violento dejándole fuera de combate en el acto.

La despedida del equipo también dio que hablar. Todo tipo de objetos, incluyendo una silla de metal, cayeron sobre las cabezas de los jugadores de Indiana, que en ningún momento se sintieron protegidos por el sistema de seguridad de la cancha, lamentable durante todo el suceso.

La policía de Detroit dejó marchar a los Pacers a Indianápolis, pero afirmó que comenzaría de inmediato una investigación para aclarar los hechos y detendría a todos lo involucrados, incluyendo hinchas, jugadores y entrenadores.

Tras el final del partido, el entrenador de los Pistons, Larry Brown, confesó que hubo un punto en el que no supo cómo reaccionar mientras que Rick Carlisle, el de los Pacers, declaró que llegó a temer por su vida.

La lamentable actuación de los aficionados pone al comisionado de la NBA, David Stern, en la difícil tarea de distribuir las sanciones. Los hinchas, que agredieron y lanzaron objetos a los jugadores, dejaron la patada voladora del futbolista francés Eric Cantona a un aficionado inglés en migajas.

Posiblemente, las reglas que se siguen en las canchas de la NBA cambiarán tras la noche del viernes, en la que los aficionados consumen demasiado alcohol, están demasiado cerca de los jugadores y la seguridad dentro de los pabellones es inexistente una vez que la policía ha cacheado previamente a todas las personas a medida que entran en el recinto.

De momento, el comisionado de la NBA, David Stern, anunció ayer que Artest, Jackson, Wallace y O'Neal quedan suspendidos indefinidamente mientras se investiguen los hechos.

Artest, en el momento de lanzar su puño contra un espectador.
Artest, en el momento de lanzar su puño contra un espectador.ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_