_
_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | Dieciseisavos de final de la Copa del Rey: doce equipos de Primera eliminados
Crónica
Texto informativo con interpretación

Solari y los demás

Dos goles del argentino, claves en la victoria del Madrid ante el Tenerife en la prórroga

Solari es un tipo de confianza. Alguien a quien dejar las llaves del apartamento en verano para que te recoja el correo. El argentino no se queja nunca. No baja los brazos. No pone cara de qué he hecho para merecer esto cuando le colocan en medio de una tropa de chicos de la cantera madridista para jugar un partido contra un equipo de Segunda o de Segunda B. Nada de eso. A él le pagan por jugar y él juega. Como sabe. Y sabe bastante. Suyo fue el gol de respuesta inmediata con el que el Madrid empató. Y, aún más importante, suyo fue el que cerró la pesadilla interminable de la prórroga y dio el pase definitivo al Madrid.

Juanfran y Soldado fueron, entre la camada juvenil del Madrid, los que desentonaron menos con su negativo original -Figo y Raúl, en este caso-. Ambos salieron en el segundo tiempo. El extremo derecho, ya internacional sub 21 a pesar de sus 19 años, tiene habilidad para mostrar el camino de salida al lateral de turno, un centro de rosca aceptable y una hiperactividad muy acorde con la oportunidad de jugar con el primer equipo. Una jugada suya, con dos regates largos, de exterior de toda la vida, acabó en un disparo pifiado de Solari desde el área pequeña. Soldado tiene remate y, probablemente, un algo más. Pero, sobre todo, remate. De hecho, la mejor oportunidad de su equipo fue una acrobática pirueta que enganchó el muchacho en el punto de penalti y que el austríaco Kelemen sacó dibujando una palomita de esas que quedaban inmortalizadas en los almanaques de época. De la Red y Javi García, que supuestamente son grandes esperanzas, no enseñaron nada que invite a incluirlos en futuras convocatorias. Tampoco el lateral Arbeloa.

TENERIFE 1- REAL MADRID 2

Tenerife: Kelemen; E. Moya, Kirian, Corona, Fagiani; A. Hidalgo, Vitolo, La Paglia (Gavilán, m. 69), J. Vázquez; Cristo (Limones, m. 77)y Keko (R. Martín, m. 58).
Real Madrid: César; Arbeloa, Helguera, Mejía, R. Bravo; Borja (De la Red, m. 49), Celades; J. García (Juanfran, m. 69), Morientes (Soldado, m. 52), Solari; y Owen.
Goles: 1-0. M. 39. Falta que saca Fagiani y Cristo desvía a gol. 1-1. M. 40. Lanzamiento directo de Solari. 1-2. M. 119. Solari, tras el saque de una falta, de tiro ajustado.
Árbitro: Medina Cantalejo. Amonestó a Kelemen, Corona, Helguera, Celades e Hidalgo.
Heliodoro Rodríguez López: 18.000 espectadores.

Más información
Morientes falla y se lesiona

Mención aparte para Raúl Bravo. En un equipo de circunstancias, él, que ha jugado el pasado verano la Eurocopa con la selección española, parecía el más oscuro de los chavales del equipo B. El menos dotado. Al que menos posibilidades futuras se le auguran. Pero el caso es que lleva ya dos años en la primera plantilla blanca.

El nuevo Tenerife, el que pena por Segunda, no es muy distinto en su planteamiento del que campaba por Europa en la pasada década. La teoría es similar: le gusta tocar la pelota, intenta triangular, presiona muy poco y deja maniobrar al adversario. La práctica, sin embargo, ya le falla un poco más. Sus futbolistas, sin excepción, juegan peor que aquellos. Y rematan mucho peor. Bueno, eso cuando rematan. Exceptuando los lanzamientos lejanos del mediapunta argentino La Paglia, el conjunto isleño apenas trató de hacer puntería contra la portería de César, que tuvo una noche mucho más relajada de lo que la defensa que le cubría unos metros por delante hacía sospechar. Y sin embargo, el Tenerife tuvo la pelota y llegó bastante al área contraria. Llegaba por las bandas, por ejemplo. Y llegaba toqueteando en la frontal. Defender, apenas defendía. El internacional en categorías inferiores Vitolo, una especie de Albelda en potencia, sólo demostró sus cualidades como bulldog en la agresividad con la que se empleaba.

Curiosamente, el Madrid aguantó con más entereza física la prórroga. Lo que no quiere decir que tuviese más oportunidades o jugase mejor. Realmente, sucedió al revés. Aunque el Tenerife jugaba más al trote y con la lengua fuera, dispuso de varias ocasiones. Una, muy buena, de Limones, se fue por encima del larguero. Claro, que aún faltaba por aparecer por segunda vez en el encuentro, Solari.

Solari pugna por la pelota junto al tinerfeñista Antonio Hidalgo.
Solari pugna por la pelota junto al tinerfeñista Antonio Hidalgo.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_