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Entrevista:SERGIO MORENO | Biólogo del cáncer

"El secreto de los buenos centros científicos es que atraen a investigadores extranjeros"

Sergio Moreno (Gran Canaria, 1960) es profesor científico en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CSIC-Universidad de Salamanca) donde desarrolla importantes trabajos sobre los mecanismos celulares implicados en la aparición del cáncer. Precisamente por sus contribuciones a la ciencia ha recibido en un corto periodo de tiempo dos galardones: El premio Francisco Cobos (95.000 euros) y el premio DuPont de la Ciencia (30.000 euros). Moreno se incorporó a su actual puesto en 2001 procedente del Reino Unido donde trabajó en destacados centros de investigación de Londres, Oxford y Cambridge.

Pregunta. ¿Qué impresión deja el hecho de recibir dos premios en dos semanas?

Respuesta. Estoy un poco abrumado. No esperaba tener estos dos premios ni que fueran a resolverse en un periodo tan corto de tiempo. Casi han sido las dos semanas de mi vida. Es una recompensa a un montón de años de estudios. Además hemos organizado un congreso en Salamanca con gente de todo el mundo que trabaja en división celular, nuestro campo de investigación y ha salido muy bien tanto científica como socialmente.

"Los siete años que trabajé con Paul Nurse fueron prácticamente irrepetibles, maravillas de la vida"
"En los casos de cáncer se hará un perfil genético para conocer el estado de los sistemas de reparación del ADN"

P. ¿Cómo definiría el estado de la investigación científica en España?

R. Mi opinión es bastante positiva. Ahora mismo hay gente muy buena haciendo investigación, sobre todo en el área de la biomedicina. La creación de nuevos centros está en una situación fantástica y el nivel de los científicos jóvenes españoles es muy bueno. El reto que deberíamos plantearnos en los próximos diez años es intentar atraer a científicos extranjeros que vengan a trabajar a nuestro país para que convirtamos estos centros en centros internacionales. Es el gran secreto de los centros que funcionan bien en Alemania o Reino Unido, por ejemplo.

P. ¿Y para cuándo esta apertura?

R. Para cuando queramos. Ahora mismo las convocatorias de científicos del CSIC

[Consejo Superior de Investigaciones Científicas] ya están abiertas a todos los investigadores de la Unión Europea. La única cuestión por resolver es que los jóvenes científicos necesitan tener ciertas garantías de que hay una carrera investigadora para ellos. Desde el Ministerio de Educación y Ciencia se deben dar señales a esta gente para que dejen de preocuparse por lo que pasará con ellos y que sepan que tienen una plataforma en la que continuar en el futuro. Otro tema que nos preocupa bastante es la gestión de los proyectos. Nos gustaría que se agilizara, que se eliminara burocracia a la hora de comprar equipos o contratar personal. En esto no tenemos que inventar nada, sólo tenemos que aprender de lo que se hace fuera de España.

P. Usted ha trabajado con Paul Nurse, premio Nobel de Medicina en 2001. ¿Cómo es la experiencia de trabajar con un Nobel?

R. Trabajé con un premio Nobel durante siete años, pero cuando todavía no había recibido el galardón. De todas formas, hace poco estuvo en Salamanca y no ha cambiado nada. Fueron años fantásticos en los que estaba en plena efervescencia nuestro campo de trabajo que es la división celular. Nurse había hecho una serie de descubrimientos que después resultaron claves para que le concedieran el premio Nobel. Yo lo conocí como un investigador joven. Él creó una dinámica de trabajo que conducía a muchos descubrimientos. Prácticamente cada mes se publicaba algún hallazgo importante del grupo. Fueron siete años prácticamente irrepetibles en los que aprendí mucho porque Nurse, además, estaba ahí, al pie del cañón. Maravillas de la vida.

P. De algún modo, usted contribuyó a los trabajos que más tarde le valieron el galardón.

R. Digamos que un poquito. Contribuí con un pequeño granito de arena y gracias a eso tuve la gran suerte de ser uno de los invitados a la ceremonia de los premios Nobel. Nurse tuvo la gentileza de invitarme junto con otros compañeros de laboratorio. Además es tan generoso que durante su charla [en la ceremonia de entrega de los premios] mencionó a todas las personas del grupo y mostró una fotografía mía.

P. Usted ha continuado con la misma línea de investigación que Nurse.

R. Así es. Estamos investigando en cómo se regula la división celular y también el control de una división especial, la que lleva a la formación de los gametos

[células reproductoras] que se conoce como meiosis. Pero también trabajamos conjuntamente con un grupo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en un par de genes que nosotros creemos que son serios candidatos a actuar como supresores tumorales y que suelen estar mutados en distintos tipos de cáncer. Buscamos el papel de estos genes. Por otro lado, participamos en colaboraciones con empresas. Con la compañía española Pharmamar estamos estudiando el mecanismo de acción de uno de sus compuestos estrella, Yondelis.

P. Uno de los objetivos de todo gran centro de investigación biomédica es acercar la investigación básica [en líneas celulares y animales] a la realidad clínica de los pacientes. En el Centro de Investigación de Salamanca donde usted trabaja esto es así. ¿Cómo es la relación entre los dos mundos?

R. Es una relación fantástica. Se trata de un claro ejemplo de cómo un centro de investigación puede estudiar un problema social tal como el cáncer y abordarlo desde todos los puntos de vista. Tener a los científicos en contacto es una gran ventaja porque alguna de las cosas que nosotros podemos ver en animales de experimentación luego se estudia en pacientes.

P. ¿En su opinión como será el abordaje del cáncer dentro de dos décadas?

R. El conocimiento de la enfermedad ha mejorado mucho en los últimos 20 años. Uno de los grandes problemas en investigación es tener las herramientas para el estudio y lo que ha ocurrido en estos años es que han empezado a aparecer herramientas para estudiar patologías complejas como el cáncer. Ahora sabemos mucho más de los genes que están alterados en la enfermedad, pero al saber más nos damos cuenta que la patología es más compleja aún de lo que pensábamos. Es una enfermedad que aglomera bajo el mismo nombre multitud de enfermedades y ahí es donde está el gran reto. Nos queda mucho camino, pero yo soy optimista.

P. ¿Y los tratamientos?

R. Yo daría unos pasos atrás y lo primero que tendríamos que hacer es una buena prevención. Estoy convencido de que debemos tener más cuidado del que tenemos ahora. Una vez que la enfermedad ha aparecido, la detección precoz es clave. Para erradicarla, la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Lo que va a ocurrir es que además se hará un perfil genético para conocer el estado de los sistemas de reparación del ADN porque estamos viendo que, dependiendo del estado de algunos de ellos, un enfermo responde mejor a ciertos tipos de fármacos. Será un diseño más personalizado de los tratamientos.

Sergio Moreno, fotografiado en Madrid.
Sergio Moreno, fotografiado en Madrid.ULY MARTÍN

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