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Reportaje:

Premio y castigo en Argentina

Cortina situó a Repsol entre las mayores petroleras, pero asumiendo grandes riesgos y deudas

Repsol, para ser alguien en su negocio, se fue a hacer las Américas. Alfonso Cortina dio el gran salto con la adquisición de YPF, pero su predecesor, Óscar Fanjul, ya le había trazado el camino. La prueba es que su toma de posesión coincidió, en junio de 1996, con la adquisición por parte de Repsol del 38% de la compañía argentina de hidrocarburos Astra por 280 millones de dólares.

En cualquier caso, la adquisición del gigante privatizado argentino YPF en dos tiempos -compra de un 14,9% de su capital en enero de 1999 y una OPA en abril- por unos 15.000 millones de dolares transformó a un grupo pequeño del sector de hidrocarburos (refinerías, redes de gasolineras y algunas actividades químicas, pero prácticamente sin pozos propios de crudo) en una de las 10 mayores petroleras del mundo, aunque a gran distancia de los líderes, como Exxon Mobil, BP, Total o Shell.

La adquisición de YPF convirtió a Repsol en el primer grupo español por facturación, pero también multiplicó por nueve sus deudas

Repsol YPF es hoy el primer grupo español por cifra de negocios, ha triplicado desde 1996 su valor en Bolsa (21.200 millones de euros) y casi también ha triplicado sus beneficios (2.020 millones en 2003), pero su deuda casi se multiplicó por 9 y ha llegado a superar, coincidiendo con la crisis argentina, los 20.000 millones de dólares.

YPF fue una jugada que se presumía maestra, se adquirió con un precio del barril de crudo que oscilaba entre 10 y 15 dólares, pero que a la postre no lo fue tanto porque al poco de la toma de su control estalló la mayor y más larga crisis económica en Argentina.

Contratiempos aparte, empeoramiento de las notas de su deuda por parte de las agencias de calificación de riesgo y varapalo en los mercados de renta variable por su elevada exposición a Argentina, Repsol YPF está atrapada en este país, no puede llevarse fuera los pozos y los yacimientos y ha capeado el temporal, que ahora remite, tragando sapos en algunos casos y con mano izquierda, por encima y por debajo de la mesa, en otros. De hecho, el actual presidente argentino, Néstor Kirchner, en un encuentro con empresarios españoles con motivo de un viaje que realizó a Madrid, y que estuvo salpicado de reproches por parte de unos y otros, desveló algunos pagos por YPF realizados de espaldas al Gobierno central argentino y fuera del país cuando él era gobernador de una de las provincias con mayor número de activos de la petrolera privatizada.

Aparte de cultivar las relaciones con Kirchner, Cortina ha potenciado en los últimos ejercicios una diversificación hacia otros países de América Latina, como Bolivia, Venezuela y Trinidad Tobago; ha sucrito intercambios de activos y reparto de áreas de influencia con la petrolera brasileña Petrobras, y ha apostado por México y Estados Unidos para explotar sus grandes reservas de gas en ese continente. Una diversificación geográfica y de negocios que en los últimos meses se ha extendido a otras áreas y negocios ajenos a América, donde, sin embargo, sigue concentrando todavía la mayor parte de sus activos y de sus riesgos.

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