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Madrid y Londres crearán un "nuevo foro" sobre Gibraltar para dar más voz a la colonia

Moratinos y Straw reactivan el proyecto de utilización conjunta del aeropuerto

España y el Reino Unido acordaron ayer crear un "nuevo foro" sobre Gibraltar con una "agenda abierta" y en el que los gibraltareños tendrán "voz propia". El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y su homólogo británico, Jack Straw, no precisaron cuál será la novedad del nuevo marco de diálogo, con respecto al bloqueado Proceso de Bruselas, ni tampoco en qué se distinguirá la "voz propia" de los gibraltareños de la que se les ofreció en conversaciones previas. Es claro, en cambio, que las dos partes quieren que los llanitos tengan más presencia.

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También es explícita la voluntad de los dos ministros, confirmada ayer con motivo de la primera visita oficial de Straw a Madrid tras la llegada al Gobierno de los socialistas, de pasar página a los incidentes y enfrentamientos registrados en los últimos meses, por hechos tan dispares como el rechazo en puertos españoles de buques británicos procedentes de Gibraltar a la conmemoración del 300 aniversario de la invasión del Peñón.

Moratinos, que habló de provocaciones gratuitas de Londres en alguno de esos casos, dijo ayer que "tras los excelentes esfuerzos del ex ministro Josep Piqué [cuando España y el Reino Unido estuvieron cerca de un acuerdo para compartir la soberanía del Peñón] y dos años de bloqueo, hemos decidido dar un paso común" a fin de que el "asunto irritante" que es Gibraltar "deje de serlo y pase a ser un tema que se trabajará con mecanismos de diálogo".

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Está por ver si el paso supone o no el archivo definitivo del llamado Proceso de Bruselas, iniciado por el ex ministro socialista Fernando Morán, en 1984, y bloqueado desde el día mismo en que Ana Palacio sustituyó a Piqué como ministra de Exteriores. Dicho proceso trajo la novedad histórica de que Londres se avino por primera vez a negociar con España la soberanía de Gibraltar a cambio de un relajamiento de las restricciones que Madrid imponía a la colonia. Tampoco se adivina, en cualquier caso, qué lo sustituiría, ya que el nuevo foro está por definir.

De su agenda se sabe sólo que será "abierta" y, en cuanto a la "voz propia" de los gibraltareños, cabe recordar que siempre la han tenido para hablar de cooperación y que en las conversaciones de 2001 se les ofreció que la tuvieran, aunque integrados en la delegación británica. Los gibraltareños rechazaron la oferta, porque sólo admitían negociar con su propia bandera. La doctrina tradicional es que de la soberanía de Gibraltar sólo pueden hablar británicos y españoles como firmantes del tratado de Utrecht, que presta la única base jurídica de la colonia.

Ni Straw ni Moratinos respondieron a las preguntas que se les hicieron sobre estos detalles, acogiéndose al estado incipiente de su acuerdo. El comunicado conjunto emitido al cabo de su reunión dice, en efecto, que "los ministros han acordado considerar y realizar consultas ulteriores sobre el establecimiento del nuevo foro" e indica que las modalidades del diálogo y la participación "serán objeto de acuerdo de todas las partes concernidas".

El secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, en una entrevista publicada ayer por el Gibraltar Chronicle, afirmaba, en cambio, que el modelo de diálogo seguirá siendo el mismo, o sea, tres voces y dos banderas.

Moratinos hizo más evidente el objetivo español en esta operación, cuando dijo que "lo que el Gobierno quiere es recuperar la confianza de los gibraltareños, o mejor ganársela, porque no la había, ya que, al final, no basta recuperar el territorio, sino que hay que recuperar también a los ciudadanos". Incluso definió una estrategia, al añadir: "Eso nos ayudará luego a negociar con el Reino Unido para recuperar la soberanía sobre Gibraltar". En noviembre de 2002, más del 90% de los gibraltareños expresaron en un referéndum ilegal su total rechazo a que España acceda, ni siquiera parcialmente, a la soberanía sobre el Peñón.

Straw, por su parte, insistió ayer en que es imprescindible que haya tres voces, pues el Reino Unido tiene el compromiso, expresado en el preámbulo de la Constitución gibraltareña, de que el estatuto de la Roca no se modifique sin el consentimiento de los llanitos. El ministro británico precisó que ayer estuvo en contacto permanente con el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, y que éste apoyaba totalmente el comunicado publicado en Madrid.

Esa interlocución con las autoridades locales de la colonia, incluso por parte española, que existió también en épocas anteriores, parece la mejor garantía de éxito del compromiso adquirido ayer por los ministros para "explorar las posibilidades de llegar a un acuerdo sobre el aeropuerto de Gibraltar bajo fórmulas aceptables para todas las partes". Morán firmó un acuerdo con Londres en 1987 para que el aeropuerto del Peñón, construido sobre un istmo que, según Madrid, no pertenece ni siquiera por tradición histórica a la colonia, pudiera ser utilizado conjuntamente por gibraltareños y españoles. Pero el acuerdo no se aplicó nunca porque los llanitos temieron que se cuestionara, de hecho, su derecho al territorio.

Fuentes diplomáticas españolas aseguraron ayer que el compromiso sobre el aeropuerto está mucho más avanzado de lo que se deduce del comunicado, y que su realización debe darse prácticamente por cierta, aunque siempre puedan surgir dificultades de ultima hora.

Hay que entender que sólo en el caso de que la reapertura del aeropuerto prospere, se avanzaría en otros compromisos de cooperación cerrados ayer, como el de que los aviones dirigidos a Gibraltar puedan utilizar como destino secundario aeropuertos españoles o el de que los cruceros que toquen el Peñón puedan hacer en un puerto español su siguiente escala. La parte española ha inscrito también en la agenda su reivindicación de que Londres pague pensiones a los trabajadores españoles que perdieron su empleo en Gibraltar en 1968, cuando se cerró la verja. La parte británica había mantenido hasta ahora una oposición total a tratar este tema.

Moratinos precisó también que España "no bloqueará", pero sí seguirá defendiendo en la Unión Europea su reivindicación de soberanía, excluyendo a Gibraltar de todas las medidas comunitarias que puedan ponerla en duda

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos (en primer término), junto a Jack Straw tras su reunión en Madrid.
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos (en primer término), junto a Jack Straw tras su reunión en Madrid.GORKA LEJARCEGI

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