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Exultantes tras el concierto

¿Qué hace un músico justo al minuto de acabar un concierto? ¿Cómo es su estado anímico? ¿Cuál es su ritmo cardiaco? La revista Rolling Stone contesta en el número de julio a estas preguntas después de tomar las pulsaciones de los artistas a pie de escalera y observar sus reacciones. Algunas conclusiones: Carlos Escobedo, la voz del grupo Sôber, baja del escenario con el corazón a 150. El mismo ritmo que en otro estudio se le detectó al entrenador de fútbol Radomir Antic en sus peores momentos en el estadio Vicente Calderón. El pulso de las hermanas Llanos, de Dover, late a 128 (el de Amparo, guitarra) y 112 (el de Cristina, voz). Su estado anímico en ese momento es exultante: llegan al backstage besándose en la boca ("Estás hasta las orejas de adrenalina y haces cosas que nunca harías"). Pero no es el único caso en el que la adrenalina se confunde con el cariño. El rockero Yosi, de 57 años, líder de Los Suaves, recorre los 15 metros que separan el escenario del camerino morreándose con cualquiera que se cruce en su camino, sin distinción de sexo, edad o condición. Son instantes de euforia y pasión. Fito, el de los Fitipaldis, resume así sus sensaciones en ese minuto eterno: "Si me pilla un coche, ni me entero".

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