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Crítica:Renault Scénic 1.9 dCi | Toyota Corolla 2.0 D-4D | CARA A CARA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Dos familiares muy completos con siete plazas

La última evolución de los monovolúmenes compactos, ahora con siete plazas repartidas en tres filas de asientos (2+3+2), la tercera plegable bajo el piso del maletero para no reducir el espacio de carga cuando no se utiliza. Ofrecen casi todas las ventajas de los monovolúmenes grandes para cubrir las necesidades familiares, pero en un tamaño más ajustado para circular en ciudad y con precios más asequibles.

En esta prueba se enfrentan el Renault Grand Scénic y el Toyota Corolla Verso, dos modelos nuevos que siguen el camino del Opel Zafira, el pionero entre los monovolúmenes compactos de siete plazas, una solución que después ha aplicado también el VW Touran. Todos ellos miden entre 4,3 y 4,5 metros de largo y cuentan con siete plazas, aunque las dos últimas sólo sirven para niños. Pero por lo demás incluyen las mismas soluciones para repartir el espacio que los modelos grandes, tienen muchos huecos para objetos y un buen maletero, al menos si no se utiliza la tercera fila. Y también un comportamiento dinámico más ágil y manejable.

Para esta comparativa se han elegido las versiones turbodiésel,

ambas en los acabados superiores. Pero los dos modelos cuentan con propuestas más económicas que mantienen los siete asientos. El Grand Scénic está disponible desde 17.860 euros con el motor 1.6 de gasolina y 115 CV. Y se vende también con mecánicas 2.0 de 136 CV (20.360), 2.0 turbo de 165 CV (23.360) y 1.5 dCi turbodiésel de 100 CV (18.710). El 1.9 dCi (120 CV) se ofrece además a partir de 21.110 euros en el acabado básico Authentique, y sube a 23.610 en el Privilége, el elegido para esta prueba. El Toyota Corolla Verso se comercializa con un motor 1.8 de gasolina y 129 CV a partir de 20.800 euros. Y sube a 22.300 con el 2.0 D-4D de 116 CV con el acabado básico Luna y a 23.900 con el Sol, el de esta prueba.

Renault Scénic 1.9 dCi

El Grand Scénic es la versión de siete plazas del Scénic y mide 23 centímetros más de largo. Mantiene el diseño vanguardista y el estilo de Renault, tanto en el frontal como en el corte del portón posterior. Pero es más alto y voluminoso que el Corolla Verso y tiene más imagen de monovolumen.

Conducción: 43 puntos (1º)

La combinación entre un motor más elástico y potente y un cambio de seis marchas muy bien escalonado, que permite aprovechar mejor la mecánica, le dan la victoria en este apartado. Responde mejor al acelerador desde apenas 1.500 vueltas, sube de revoluciones con más brío y tiene unas prestaciones superiores.

Las suspensiones buscan más el confort que la eficacia, pero ofrecen un buen compromiso entre estos dos aspectos, con una estabilidad correcta y una mayor comodidad, tanto en ciudad como en trazados amplios y autopistas: filtra mejor los baches y es muy fácil de conducir, con unos mandos más suaves, aunque no tan precisos (volante, cambio, etcétera), que cansan menos. A cambio acusa más los balanceos en las curvas y al frenar, y muestra un dinamismo menos eficaz en las zonas viradas.

Aunque la conducción es parecida a la de un turismo, no se acerca tanto como lo hace el Toyota: lleva el volante más inclinado hacia delante y presenta más inercias. Pero se maneja con dos dedos, y los frenos, con ABS, paran con rapidez y sin desequilibrios.

Vida a bordo: 57 puntos (1º)

Imbatible. Es más amplio por dentro, pero sobre todo tiene las soluciones más avanzadas entre los monovolúmenes, tanto por la flexibilidad para mover los asientos como por los accesorios prácticos. Las butacas delanteras son amplias, y la segunda fila tiene tres asientos individuales del mismo tamaño que admiten todas las combinaciones: se regulan en longitud e inclinación, se pliegan y se pueden sacar.

La tercera fila incluye otras dos plazas más ocultas en el piso del maletero, que se despliegan cada una con un solo movimiento y no restan espacio cuando no se utilizan. Pero están pensadas para los niños y ofrecen poco sitio para las piernas. Y tampoco hay donde dejar la bandeja cubreequipajes.

El Renault aporta también el maletero más grande, tanto con cinco plazas (550 litros) como con siete (200 litros). Y ofrece la mejor dotación de huecos y accesorios para objetos porque aprovecha todos los recovecos: cajones bajo los asientos delanteros, cuatro cofres en el piso, portagafas, posavasos y apoyabrazos hueco entre los asientos de delante, cortinas en las ventanillas, guantera refrigerada, bolsas grandes en las puertas, etcétera. Además, la posición del cambio y el freno de mano electrónico en el salpicadero dejan espacio entre las plazas delanteras para un módulo de gran capacidad.

En cambio, los acabados y materiales son menos aparentes: tiene un diseño interior más vanguardista y atrevido, pero con unos plásticos más claros y austeros. La sensación de solidez también es inferior, tanto en el tacto al volante como en la calidad de rodadura. En contrapartida, apenas se oye el motor y el interior está muy bien insonorizado.

Seguridad: 14 puntos (2º)

Viene de serie con seis airbags (frontales, laterales delanteros y de cortina), ABS y control de presión de los neumáticos, pero el control de estabilidad ESP es opcional (600 euros). Y tiene un comportamiento dinámico menos preciso y eficaz en las curvas.

Economía: 25 puntos (1º)

Cuesta 23.610 euros, 300 menos que el Toyota. Incluye de serie climatizador, ordenador de viaje, cuatro elevalunas eléctricos y todo lo habitual. Y compensa la ausencia del ESP con otros detalles que no trae el Corolla: conexión automática de faros y limpiaparabrisas, tarjeta de apertura manos libres, cortinas, freno de mano automático, radio-CD con cargador, más huecos y accesorios, etcétera.

Los consumos son en torno a medio litro más altos: algo por encima de siete en conducción tranquila y alrededor de 10 a ritmos rápidos y en ciudad.

Toyota Corolla 2.0 D-4D

El Verso es la versión monovolumen del Corolla y presenta una altura comedida que acerca su imagen a la de las carrocerías familiares. La línea es estilizada e incluye un frontal más agresivo y unas aletas resaltadas que aportan un toque deportivo y una estética moderna.

Conduccion: 41 puntos (2º)

Es un monovolumen, pero se conduce como un coche normal, con una posición de conducción baja, un volante perpendicular al suelo y unos mandos más precisos, aunque también algo más duros (volante, cambio...), que exigen más esfuerzo al conductor.

También ofrece una estabilidad superior que permite mantener ritmos más altos porque gira casi plano en las curvas sin apenas acusar las inercias ni balancear, y obedece con más precisión a la dirección. Además tiene mucho aplomo en carreteras amplias y autopistas, y resulta muy eficaz en las zonas viradas. Es el más apropiado para quienes valoran la calidad de conducción.

El motor turbodiésel es menos potente y brillante que el del Renault, sobre todo por debajo de 2.000 vueltas: le falta fuerza y obliga a reducir más en ciudad. Después responde bien, sube por encima de 4.000 revoluciones y llanea con soltura. Ofrece unas prestaciones satisfactorias para viajar a buen ritmo, pero siempre con menos alegría y poderío que el Renault, en parte porque el cambio de cinco marchas no permite un escalonamiento tan eficaz para aprovechar la mecánica. Por lo demás, los frenos paran bien y dan seguridad.

Vida a bordo: 54 puntos (2º)

Es amplio por dentro, pero acusa su menor longitud y no da la sensación de desahogo del Renault. Delante cuenta con unas butacas de respaldo grande, aunque cortas de banqueta. Y en la segunda fila tiene tres asientos individuales correctos, con el central más estrecho. Se regulan en longitud e inclinación de uno en uno y se pueden plegar dejando el piso plano hasta el maletero. Sin embargo, en esta última posición ocupan más espacio del deseable y se echan en falta las butacas extraíbles del Renault.

La tercera fila también va oculta en el piso y se despliega fácilmente, aunque los dos asientos son sólo aptos para los niños, y, a pesar de tener más espacio para las piernas que el Renault,

van situados muy bajos y agobian porque no se ve casi nada.

El maletero es más pequeño, 397 litros con cinco asientos y tan sólo 63 con las siete butacas ocupadas, aunque incluye una trampilla muy práctica para guardar la bandeja cubreequipajes cuando se utilizan las siete.

La cantidad de huecos para objetos se sitúa a un buen nivel, aunque no es tan completo como el Renault. Aprovecha bien el salpicadero, con una repisa en la zona superior y dos guanteras independientes. Y las bolsas de las puertas incluyen dos posavasos cada una que se completan con otros dos junto al freno de mano, bolsas en los respaldos...

El Corolla es también más elegante por dentro y está mejor acabado. Los plásticos oscuros mullidos y los detalles metalizados dan sensación de solidez y crean un ambiente cálido y cuidado. Y la insonorización filtra muy bien los ruidos mecánicos y de rodadura, incluidos los del motor turbodiésel. En cambio, lleva unas suspensiones más enérgicas y menos cómodas en los viajes.

Seguridad: 17 puntos (1º)

Muy completo. Viene de serie con ABS, siete airbags (los seis habituales y uno para las rodillas del conductor), y, sobre todo, el control de estabilidad ESP, opcional en el Renault. Tiene un comportamiento más ágil y eficaz. Además ofrece como opción (800 euros) dos cámaras conectadas a la pantalla del salpicadero: una trasera para las maniobras de aparcamiento y otra delantera que permite visualizar simultáneamente las dos esquinas de un cruce.

Economía: 25 puntos (1º)

El Corolla Verso con acabado Sol cuesta 23.900 euros, 300 más que el Renault, pero lo compensa con el ESP y la garantía de tres años, uno más que su rival. Incluye también climatizador, ordenador de viaje, cuatro elevalunas eléctricos, llantas de aleación y todo lo habitual. Y los consumos son algo más bajos, pero muy similares en la práctica: unos siete litros a ritmos legales y por debajo de 10 en conducción rápida y ciudad.

Los dos modelos ofrecen casi las mismas ventajas de los monovolúmenes grandes con una manejabilidad más eficaz y unos precios más asequibles.
Los dos modelos ofrecen casi las mismas ventajas de los monovolúmenes grandes con una manejabilidad más eficaz y unos precios más asequibles.CÉSAR LUCAS ABREU

CONCLUSIÓN

DOS MONOVOLÚMENES compactos con siete plazas y una buena dotación de soluciones prácticas para repartir el espacio y llevar todo lo que necesita una familia en los viajes de fin de semana y vacaciones. El Renault Grand Scénic y el Toyota Corolla Verso son dos familiares modernos y muy completos con precios similares. Pero cada uno aporta diferencias de matiz que pueden inclinar la balanza a su favor según los gustos y necesidades del comprador.

Renault impone las ventajas del Grand Scénic, pero por una diferencia mínima. El monovolumen líder de ventas en Europa es más grande por fuera y por dentro, tiene el motor más potente y es el mejor dotado para viajar, con unas prestaciones algo superiores y unas suspensiones más cómodas. Además aporta un interior más flexible que admite más combinaciones entre los asientos y tiene más huecos para objetos.

El Toyota Corolla Verso aporta una línea más elegante y estilizada, y está mejor acabado por dentro, con materiales y detalles más vistosos. Tiene un interior muy flexible para repartir el espacio, pero con menos combinaciones en los asientos. En cambio, se conduce casi como un turismo, con una estabilidad superior y un comportamiento dinámico más ágil y eficaz. Y sobre todo incluye un equipo de serie impecable en seguridad, con siete airbags y ESP.

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