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Reportaje:

Aluvión de ideas para salir en familia

Una guía sugiere 100 propuestas para divertirse con los niños en cualquier época del año

No hay excusas ya para condenar a los niños a un ocio rutinario los fines de semana: monotonía de carros, luces y advertencias en el centro comercial ("¡deja eso donde estaba!", "¡cuidado, que lo rompes!"); festival de patatas fritas, hamburguesa, la misma corona del sábado anterior y la misma fila ("mamá, ¿nos va a tocar ya?"); atracón de tierra y columpios en el parque de siempre ("¡qué rollo, hoy no están mis amigos!"), y, de año en año, al zoo ("no veo al oso de la otra vez") o al parque de atracciones, a primeros de mes.

La viajera y madre Maribel Orgaz ha confeccionado una guía con 100 propuestas de ocio familiar para cada época del año en la Comunidad de Madrid. Se titula Las estaciones de los niños y está pensada de verdad para hacer excursiones con pequeños. Basta echar un vistazo al casillero de consejos en cada lugar.

El libro indica si el sitio es apto para carritos de bebés o si hay tiendas de golosinas y refrescos

Donde otras guías sugieren visitar tal o cual joya artística o degustar tapas, esta "guía alternativa de ocio familiar" se fija en detalles peculiares: "Lleva muda para los niños, por si se mojan" (castillo de Manzanares el Real); "perfecto para bebés en carrito" (El Atazar, Torrelaguna); "llevemos nuestro pic-nic para tomar en el interior del centro" (Fundación Cañada Real); "bicicletas o triciclos" (laguna de San Juan); "hay cambiador de pañales" (La Casa Encendida) o "lleven un cuadernito y lápices de colores para entretener la espera de los niños" (concierto para toda la familia en la Fundación Juan March).

Las tandas de consejos están divididas por estaciones: verde primavera, verano naranja, otoño rojo y azul invierno, a 25 ideas por periodo. En el apartado de "información útil" también se nota el toque infantil del manual; las estrellas Michelin y otros atractivos para adultos han perdido la preferencia en beneficio de recomendaciones sobre pastelerías, cafeterías con terraza y máquinas de refrescos, quioscos y tiendas de golosinas.

La autora no quiere cansar con relatos interminables, por eso dedica un par de páginas -foto incluida- a cada propuesta, que siempre arranca con un sumario. Un suponer, el capítulo titulado El peluquero de Picasso invita a visitar la colección Eugenio Arias, en Buitrago de Lozoya, con el siguiente reclamo: "Picasso tuvo una gran amistad con su peluquero, Eugenio Arias, al que dedicó multitud de objetos que éste guardó durante años. Esta colección puede verse en un museo que nos descubrirá el lado más humano del genial pintor". Y a renglón seguido advierte de que la sala no dispone de cafetería, pero es amplia para poder llevar carritos de bebé.

Todas las citas van acompañadas de direcciones físicas y cibernéticas, horarios, precios y curiosidades. No se trata de aburrir a los niños lejos de casa. "He vivido cada sitio desde la perspectiva de los más pequeños, por eso destaco, por ejemplo, si las estanterías están muy altas o si el recinto es muy caluroso", dice Maribel Orgaz.

No han hecho falta días enteros diseccionando otras guías ni excursiones a contrarreloj en plan inspección sorpresa, sino que la autora ha escrito basándose en su propia experiencia y con la sola ayuda de unos viejos apuntes. "Aún conservo una carpeta que se llama Las excursiones de la familia, en la que he ido metiendo referencias de los lugares que he visitado desde que nació mi hija, que tiene siete años, y ahora con mi otro pequeño, de cuatro", apunta Maribel.

La guía ha sido posible gracias al apoyo de Javier Sánchez, al que ella califica de "loco mecenas y amigo cercano" en la dedicatoria. Este periodista experto en informática y presentador del programa Internet a mano en el canal de televisión Localia Madrid, se ha metido a producir el libro "confiado en el buen hacer de Maribel", mientras que Tomás García de la Plaza ha ejercido de editor.

Las estaciones de los niños. Disponible en El Corte Inglés, Fnac, Crisol y Casa del Libro. Precio: 20 euros.

Un Madrid para los pequeños

Maribel Orgaz desviste de tópicos su trabajo. "No menciono lugares que están ya muy publicitados y que, por tanto, todo el mundo conoce", aclara. Otro tópico que despedaza en su guía es el que relaciona a Madrid con un lugar poco habitable para los más pequeños. "Madrid sí es una ciudad para los niños; sólo hay que tener precauciones con ellos y funcionar con sus horarios", dice.

Y advierte de que la guía no hace milagros, es decir, que "a los pequeños hay que motivarles creando expectativas en casa". "Una vez mis hijos se estaban lavando las manos y les propuse averiguar de dónde venía el agua que salía del grifo; aceptaron y les llevé a conocer un pantano", ilustra.

No en vano, esta periodista y madre de familia cumple con el rigor de un calígrafo la cita de Oscar Wilde con la que presenta la guía: "El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices". Aunque el manual también es apto para los menos niños. "Hay muchos abuelos que lo compran, bien para llevar a los nietos, bien para apuntarse ellos mismos", explica.

Y para que el menú de ocio sea del gusto de todos, la autora ha servido distintos platos: desde las excursiones culturales a las relacionadas con espacios abiertos o aquéllas para "familias todoterreno" en las que propone un viaje en globo o pasar la noche en una cabaña. "Los padres descubrirán reacciones maravillosas de sus hijos; por ejemplo, yo tuve que salirme del Templo de Debod porque a mi hijo le entró miedo; es otra forma de ver las cosas", comenta la autora.

"En otra ocasión llevé al niño y a su amigo a la Casa de Cervantes; los dos estaban obsesionados con el cuarto de estar y al final se quedaron alucinados con el pozo porque descubrieron que en la casa no había grifos y el agua se sacaba de aquel lugar", rememora. Y aporta otro consejo para acabar con éxito las excursiones: "No hay que exigir a los chavales una atención continua, hay que ir a su ritmo".

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