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Reportaje:

La esperanza blanca de Ford

Almussafes se ha convertido en un bastión importante del fabricante norteamericano

Frente al camino de la deslocalización hacia los países del centro y el este de Europa, Ford parece decidido a apostar por su planta de Almussafes en la que ha conseguido unos niveles de flexibilidad y productividad suficientes para competir. Este año fabricarán 450.000 coches de cuatro modelos distintos y esperan batir también el récord de ventas en España con la matriculación de más de 175.000 automóviles.

El responsable de Ford Europa está contento porque este año sólo van a perder entre 100 y 200 millones de euros, lo que supone una notable recuperación respecto a los más de 1.000 millones que perdieron el año pasado.

"Desgraciadamente, los precios los fijan más los clientes que los proveedores"
"Hay que ser competitivos y buscar los costes más bajos donde estén; pero no a ciegas, no podemos arriesgar nuestros niveles de calidad"
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Tradicionalmente, las grandes marcas automovilísticas norteamericanas tenían en Europa un notable contrapeso a sus actividades en Estados Unidos, con evoluciones en sentidos contrarios y eso parece que está ocurriendo este año con Ford que en los cinco meses transcurridos ha reducido las ventas en su mercado nacional un 2,3% y lo que es peor, el fabricante japonés, Toyota, no sólo les ha superado en cuanto a la cantidad, sino en la rentabilidad que obtienen con las mismas, ya que disfrutan de plantas más modernas con empleados más jóvenes y modelos de más éxito.

Es por tanto el momento de Ford Europa cuyo máximo responsable, Lewis Booth, reconocía esta semana en Valencia hasta donde se había desplazado para celebrar los ocho millones de unidades fabricados en su planta de Almussafes, que la reestructuración planteada en 2003 estaba prácticamente acabada y supondrá la reducción de unos 1.700 empleos a finales de este año. En España las cosas van todavía mejor que en el resto de Europa. Tras la llegada de José Manuel Machado y el cambio de directrices comerciales emprendido, Ford se ha situado de nuevo como la segunda marca más vendida con un crecimiento del 24% respecto al año anterior y con bastantes esperanzas en conseguir este año una cifra récord de 175.000 unidades.

Y para no ser menos, en su dimensión industrial, todo parece indicar que van a registrar también un récord de producción en Almussafes con 450.000 unidades.

Para ello se han invertido cerca de 1.000 millones de euros en los últimos cuatro años, de los que 360 millones corresponden al nuevo Focus cuya producción compartirá con las instalaciones en Saarlouis y tiene prevista la salida de los primeros modelos en Valencia el próximo mes de nero.

La planta de Almussafes es para Lewis Booth la esperanza blanca de Ford en Europa. Ante el desembarco en los países del Este, Ford ha decidido de momento tomar posiciones en Turquía y apostar por la flexibilidad de Almussafes. Para una planta que fabrica cuatro modelos distintos de automóvil -Fiesta, Focus, Ka, Mazda2- y un motor, es importante la flexibilidad, según el director de fabricación de Valencia, Antonio Adés, para el que ésta ha sido una característica fundamental a la hora de alcanzar los 2.050 automóviles de fabricación diaria.

Por su parte, Lewis Booth está convencido de que el 93% de flexibilidad alcanzado con la mano de obra en 2003 se elevará hasta el 100% este año. De ahí la importancia que para Ford Europa tiene su presencia en España. "Lo que ocurra aquí es muy importante para el resto de Europa", señala Booth, "la planta de Almussafes es uno de nuestros activos más importantes por la calidad, la productividad y la mano de obra", pero confirmó sin embargo la posibilidad de ampliar su red de proveedores en los países del centro y este de Europa, "o incluso a China, India o cualquier país asiático, tal como están haciendo nuestros competidores".

Preguntado sobre el alcance de esta deslocalización parcial, Booth afirma que "no se pueden hacer previsiones, hay que ser competitivos y buscar los costes más bajos donde estén, pero no a ciegas, no podemos arriesgar nuestros niveles de calidad".

Para Booth, el parque de proveedores que se ha instalado en los alrededores de Almussafes no es producto de la casualidad, "si están aquí es por algo, y no son fáciles de mover, en cuanto a su futuro está garantizado mientras sigan siendo competitivos".

El ascenso del precio del crudo no es tampoco un motivo de preocupación para Lewis Booth, "incluso a 40 dólares el barril, estaría por debajo de los niveles alcanzados en crisis anteriores". Lo más importante en este sentido es el impacto que puedan registrar estos precios en la evolución a más largo plazo de la economía europea y en este sentido sí que empieza a ser preocupante para el responsable de Ford Europa, el retraso en la recuperación de la economía alemana y el papel que ésta desempeña en el resto de Europa.

Con el acero, el incremento de precios que registra en los últimos tiempos motivado entre otras cosas por la gran demanda del mercado chino, tampoco se muestra excesivamente preocupado, al menos a corto plazo, Lewis Booth: "desgraciadamente, los precios los fijan más los clientes que los proveedores. Las repercusiones inmediatas de esta situación están mitigadas por los contratos firmados que suponen plazos mucho más amplios, las repercusiones finales dependerán de la consolidación que alcance esa tendencia y del tiempo que duren las subidas".

Algo más preocupado se muestra por la fortaleza del euro y no precisamente respecto al dólar, sino con el yen, ya que está potenciando las importaciones de coches japoneses a Europa. A lo que se añade las complicaciones que les supone la importante producción de motores que mantienen en el Reino Unido con una libra también fuerte.

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