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Reportaje:OCIO SOLIDARIO | Asociación de Mujeres por Alhaurín de la Torre

Madrinas de todo un pueblo

Un grupo de mujeres de Alhaurín de la Torre, en Málaga, dedica su tiempo libre a ayudar a vecinos con problemas

No tienen sede propia, ni apenas recursos económicos, pero están sobradas de ganas de ayudar a aquellos a los que los problemas les han quitado las ganas de disfrutar la vida. María Barba, Isabel Sánchez, María José Rivera y María del Carmen Pérez son cuatro de las integrantes de la Asociación de Mujeres por Alhaurín de la Torre (Amat), una especie de congregación de hadas madrina que cuenta con una cuarentena de socias para auxiliar a las vecinas más necesitadas de este pueblo malagueño.

Casi todas las socias de Amat son amas de casa que superan los 50 años, según confiesa coqueta María del Carmen Pérez, quien no duda en reclamar que se reconozca la importante función social que desempeñan las madres al cuidado de la casa y de los hijos. Estas mujeres comenzaron a reunirse en el Centro de la Mujer de Alhaurín de la Torre en 1996 para echar el rato entre amigas y olvidarse durante unas horas de la carga de llevar una casa. Fue entonces, entre charla y charla, cuando comenzaron a tomar conciencia de los problemas que padecían algunas vecinas del pueblo, desgracias de ésas que se oyen en la peluquería o en la cola del mercado pero ante las que no se hace más que mostrar pública aflicción por el afectado. Y se propusieron cambiarlo. "Empezamos a reunirnos una vez por semana para ver qué podíamos hacer por esas personas y ahí nació la idea de constituir la asociación con el fin de ayudar a otras mujeres del pueblo", explica María José Rivera. la secretaria de Amat.

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Tres años después de la primera reunión, en 1999, se constituyó oficialmente la asociación. Los primeros pasos fueron dubitativos, ya que no sabían a quién dirigirse ni cómo actuar. Su idea era crear un centro de acogida para mujeres en el pueblo, pero su solidaria empresa se vino abajo antes de empezar. "Nos dijeron en el ayuntamiento que eso no era posible, porque era competencia de la Junta de Andalucía, que ya tiene ocho casas repartidas por la provincia", recuerda Rivera.

El chasco inicial no afectó a sus ganas ayudar a los demás. Así surgió una nueva idea que, hasta el momento, ha servido para que la asociación cumpla con sus fines altruistas: crear un certamen de copla para recaudar fondos que invertir en las mujeres a las que ayudan. "La idea nos la dio el ahora concejal de Bienestar Social, José Antonio León, y la verdad es que ha sido todo un éxito", explica María Barbas, que a sus 72 años muy bien llevados se jacta de ser la veterana de la asociación. El último caso que han atendido es el de una vecina que tiene a su hijo preso en Santander. "Llevaba la pobre dos años sin poder ir a visitar a su hijo porque no podía pagarse el viaje. Nosotras le facilitamos el billete de avión para que pudiera ir a visitarlo", apunta Isabel Sánchez, vicepresidenta de Amat.

"Hacemos un estudio de cada caso para ver quién tiene una necesidad perentoria de verdad y entonces nos encargamos de subsanar el problema", explica Rivera. Problema como el de una joven vecina cuyo hijo recién nacido es alérgico a la lactosa y no puede pagar la lactancia sustitutiva. "Nos encargamos de costearle la leche especial del niño y le ayudamos a pagar los pañales", explica Pérez.

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