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Reportaje:FÚTBOL | Liga de Campeones: vuelta de las semifinales

El hijo adoptivo

Deco, de origen brasileño, clave incluso en la selección lusa

La trayectoria natural de cualquier prometedor brasileño es triunfar en su país y dar el salto a Europa. No es el caso de Anderson Luis de Sousa, Deco, que emigró de Brasil con 19 años para ser adoptado por el fútbol portugués como hijo predilecto. Ahora es bandera en el Oporto y, gracias a la doble nacionalidad, pieza clave en la selección lusa que dirige su compatriota Luiz Felipe Scolari.

Deco (São Bernardo do Campo, 1977), con Djalminha como ídolo, debutó con 17 años en el Corinthians al lado de Carioca o Silvinho. Una experiencia efímera que dio con él en el humilde Alagoas, cuyo presidente intuyó, eso sí, el negocio: le traspasó, a los 18, al Benfica. Pero la operación amenazó con hipotecarle: pasó dos cursos cedido en el Alverca, un segunda, y terminó rompiendo su vínculo lisboeta. Fichó entonces por el Salgueiros y Fernando Castro, el técnico del Oporto, recomendó su contratación en 1998.

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A partir de ahí, el fútbol de Deco no ha parado de crecer hasta convertirle en el mejor jugador de la Liga portuguesa, que ya ha ganado dos veces con el Oporto, así como tres Copas y la pasada Copa de la UEFA. Ahora, el media punta, es el faro del juego ofensivo del equipo de Mourinho, al que admira: "He madurado con él. Me ha enseñado a ver el fútbol de otro modo".

Mourinho parece haber puesto en orden, cierto, sus virtudes: la dinámica contagiosa, el gran golpeo del balón, el panorama para la asistencia apoyado en un gran nivel técnico y un inteligente manejo de la pausa, además de mucha personalidad. Es, junto a Morientes, el líder por pases de gol en la Champions: seis. El técnico le halaga: "Cuando la cosa está negra, aparecen los que asumen los riesgos y Deco es la viva imagen del coraje".

Su consagración llevó a Deco a la selección de Portugal. Scolari ya había valorado seriamente convocarle para la de Brasil, campeón mundial en 2002. Cuando firmó como técnico luso, le convenció a él y convenció a la federación para que utilizara ante el Gobierno una ley que da prioridad en su nacionalización a las personas llamadas a prestar servicios relevantes al Estado. La decisión de Scolari, a sólo un año de la Eurocopa, levantó ampollas entre algunas vacas sagradas, como Figo o Rui Costa, pero Deco evitó la polémica y debutó en marzo de 2003 marcando el gol de la victoria, de falta directa, frente a Brasil. El antiguo estadio Das Antas cantó: "Finta con los dos pies, juega con el 10, es mejor que Pelé. Él es Deco, olé, olé".

Deco cae al suelo ante Calado, del Benfica.
Deco cae al suelo ante Calado, del Benfica.REUTERS

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