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TIROS LIBRES | BALONCESTO | Liga ACB
Columna
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Cosas del 'derby'

Racha. La tenía el Estudiantes desde hace una eternidad y se le terminó cuando perdió la cabeza en los últimos tres minutos. Las rachas están sobre todo para romperlas, pero ahora que ha terminado la del Estu te das cuenta del incuestionable dominio que ha ejercido en los últimos tiempos sobre su gran rival en su particular galardón de mejor equipo de Madrid. Que sea un simple detalle o que obedezca a algún cambio más sustancial lo veremos rápido. Tenemos a la vuelta de la esquina la semifinal de la ULEB, que sin ser nada para salir a la calle a celebrarlo, lleva a una final europea, y estas cosas no se juegan todos los años.

Triples. En la clasificación de prioridades del actual baloncesto reina por supuesto la defensa de garrotazo. El que pudiese ver el miércoles el Tau-CSKA y observar cómo sujetaron en muchos momentos a Macijauskas (lo de sujetar es literal) ante el consentimiento de los árbitros entenderá que con estas permisividades la jefatura del asunto de la destrucción es indiscutible. Pero de un tiempo a esta parte se ha colocado en segunda posición tirar triples, con lo que hay partidos como el de ayer (y no es el único) que se explican con ver quién defendió mejor y quien acertó más de tres puntos, simplificando un juego tan rico en matices como el baloncesto. El que una canasta valga el 50% más que otra es un arma de doble filo. Sin duda resulta un elemento espectacular y permite que casi ninguna ventaja sea decisiva, pero una excesiva afición a ella puede conducirte por terrenos equivocados. Estudiantes y Real Madrid se hartaron de tirar triples y hubo momentos en los que el marcador y el ritmo del partido enloquecieron, que nunca está de más, pero ambos cayeron en una obsesión excesiva que tuvo su máximo esplendor cuando Brewer, a falta de 45 segundos y perdiendo por tres puntos se jugó un triple suicida cuando no había necesidad. ¿Es que nadie ha visto los 40 últimos segundos de Jordan contra Utah en el sexto anillo?

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Bennett fulmina a Estudiantes

Tiros libres. La cruz del Estudiantes. Un tiro libre es una mezcla de tranquilidad y mecánica. El problema es que la mecánica se puede conseguir con trabajo, pero la tranquilidad ya es otro cantar, pues pasamos de la física a la sicología. Siendo éste un juego de equipo, tiene entre sus artes un lance donde estás más solo que la una y más quieto que una estatua. Si la mayoría de los movimientos que haces los realizas sin pensar demasiado, el tiro libre te enfrenta a una gran oportunidad de comerte el coco en unos pocos segundos. El Estudiantes lleva fatal la soledad, y con un razonable acierto es factible que no hubiese dado pie a la reacción final del Madrid.

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