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Crónica:FÚTBOL | 22ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Zidane se luce a tiempo

El Madrid, avasallado en el primer periodo, se agarra a la magia del francés para remontar dos goles a un buen Valladolid

José Sámano

Por si no había suficientes evidencias, el Madrid dejó claro en Zorrilla que sólo responde ante retos con mayúsculas. Sólo late de verdad, en plenitud, cuando tiene ante sí una aventura estimulante. Ya sea porque el rival es de alta alcurnia -Barça, Deportivo y Valencia- o porque ante enemigos de perfil más bajo se deja llevar un rato largo para luego examinarse de forma exigente. Así ocurrió en Valladolid, donde el equipo de Queiroz no reaccionó hasta que su oponente le metió en el hoyo con dos goles en el primer tramo. Dos sopapos que acentuaron la torrija con la que los madridistas se tomaron su primer envite de las cinco de la tarde fuera de Chamartín en todo el curso. Con la soga al cuello, nada más arrancar el segundo periodo, el Madrid despertó a tiempo, guiado por Zidane, que estuvo simplemente maravilloso. El francés fue protagonista en los tres goles de su equipo, selló la jugada del siglo en Zorrilla y tiró de lo mejor de su amplísimo repertorio. Dejó tales secuelas que la galante hinchada pucelana le despidió con torería, rendida a su enorme clase, a su exquisita partitura.

VALLADOLID 2 - REAL MADRID 3

Valladolid: Bizarri; Torres Gómez, Peña, Julio César, Marcos; Jesús, Richetti; Fernando Sales, Óscar, Sousa (Jonathan, m. 60); y Losada (Chema, m. 82).

Real Madrid: Casillas; Salgado, Helguera, Mejía, Solari; Beckham (Juanfran, m. 80), Guti; Figo, Raúl, Zidane (Pavón, m. 91); y Ronaldo (Portillo, m. 94).

Goles: 1-0. M. 33. Losada centra desde la derecha y Óscar, solo dentro del área, remata raso a la izquierda de Casillas.

2-0. M. 42. Bizarri bloca un remate de Beckham, saca en largo para Sales, que controla la pelota en la banda derecha, centra y Óscar cabecea con la única oposición de Salgado.

2-1. M. 48. Zidane remata un pase de Figo, la pelota rechaza en Ronaldo y despista a Bizarri. 2-2. M. 62. Figo, de penalti tras mano de Peña. 2-3. M. 90. Maravilloso pase de primera de Zidane a Ronaldo, éste se revuelve al borde del área y marca de disparo ajustado.

Árbitro: Lizondo. Amonestó a Guti, Helguera, Jesús, Sales, Chema y Mejía. Expulsó a Peña (m. 61), y Solari (m. 67), por doble amarilla.

Casi lleno en Zorrilla, con 25.200 espectadores.

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Antes del baile de gala de Zidane, el Madrid, perezoso como en tantas ocasiones, se vio zarandeado por el Valladolid. Con infinita mayor atención, con los dientes bien apretados y con la disposición imprescindible para afrontar un partido con todos los créditos, la muchachada de Fernando Vázquez le superó en todas las facetas del juego. Le ganó por narices cada rechace, cada disputa arriba o abajo, y le bastó buscar las cosquillas a Solari, ayer improvisado lateral zurdo, para enredar al Madrid. Por el costado del argentino, donde el único socorro era el novato Mejía, percutieron una y otra vez Torres Gómez, Sales y Losada. Hasta que por la misma orilla centró éste último y remató Óscar ante la mirada de Guti, su marcador. Mucho peor fue lo del segundo tanto, que subrayó la falta de aplicación visitante, su desidia total. Un remate de Beckham blocado por Bizarri derivó en una sencilla contra blanquivioleta lanzada por el meta argentino, secundada por Sales y cerrada de nuevo por Óscar, un buen llegador al que no pudo contener Salgado. Para semejante botín (2-0) el Valladolid había necesitado cometer ¡dos faltas en 45 minutos! Elocuente.

Con el viento en contra y un tiempo tirado a la basura, por fin reaccionó Queiroz. En el vestuario alivió el martirio de Solari al ordenar a Figo que cambiara de orilla. De paso, Zidane se sintió liberado, puesto que Marcos y Sousa, por la derecha, apenas hicieron rasguño alguno. Un trueque de libro, aunque bien tardío, que revolucionó el partido de inmediato. Tras dos avisos en el primer minuto, Zidane se dejó caer por el balcón del área de Bizarri para rematar una diablura de Figo. El balón rebotó en Ronaldo y se fue dentro. Ese gol rebajó al mínimo al Valladolid, al que le entró una tiritona descomunal. Pálido ante la majestuosidad de Zidane, el empeño de Figo, el ardor de Raúl y los primeros bufidos de Ronaldo, Peña ejemplarizó el canguelo de todo su equipo. A un centro de Zidane tras una buena jugada de Salgado, el boliviano soltó un manotazo a la pelota (penalti) y luego encendió su verbo (expulsión). Ante el desasosiego de la afición local -enojada por la buena vista del mismo asistente que no se inmutó en el primer periodo ante un descarado agarrón a Jesús a un palmo de Casillas-, Figo ejecutó a Bizarri.

El penalti desbarató los planes de Vázquez, que un minuto antes había apostado por cinco defensas con la salida de Jonathan, y multiplicó el voltaje del partido. Todo apuntaba a favor del Madrid, decididamente enchufado, con Zidane de mariscal de campo alborotando al hasta entonces ordenado equipo local. Pero Solari, con el estadio en plena caldera, no midió una entrada por detrás en el medio campo y el árbitro no estaba para líos. El argentino fue despedido y el Valladolid se sintió de nuevo en el partido. Queiroz también tuvo que alterar su pizarra y enquistó a Salgado de central, con Mejía de lateral izquierdo y Beckham descolgado como carrilero derecho. La partida de uno y otro equipo comenzaba de nuevo, pero el gobierno del choque seguía en pies de Zidane, que alcanzó su máxima expresión allá por el minuto 75. Zizou enlazó con Ronaldo y a la vuelta de la pared bailó sobre la pelota de espaldas a la portería pucelana. Dos pisadas al balón, una con cada suela, que le dejaron frente Bizarri. La pelota, a veces tan desagradecida ella, no le obedeció en el disparo, pero la jugada resultó museística, propia del líder del mejor Bolshoi. Aún con el eco de la ovación de Zorrilla, Zidane tuvo tiempo de cocinar dos goles para Ronaldo, que misteriosamente no embocó el brasileño. Pero una tercera ocasión para un depredador semejante no tiene más remedio que terminar bien. Y máxime si el asistente -esta vez con un toque sutil, de primeras, con el tobillo pasado de vueltas- se llama Zidane. Así sucedió cuando el partido languidecía tras tantos sobresaltos. Ronaldo, siempre agradecido, le bajó definitivamente la persiana al Valladolid, a cuya hinchada sólo quedaba tiempo de aplaudir una vez más al francés, retirado por Queiroz en el último suspiro. Ayer fue su turno, el de Zidane. Y quién sabe qué otro tirará del carro la próxima vez. La nómina es extensa, pero el Madrid juega con fuego en tardes como la de Zorrilla. Es el signo de este equipo, tan capaz de dimitir un tiempo entero, en el que concede dos goles, como de remontar con clase y por las bravas. Por lo que se ve, cuestión de acicates.

Zidane se dispone a culminar una fabulosa  jugada, pero su remate, ante la oposición de Bizarri, sale alto.
Zidane se dispone a culminar una fabulosa jugada, pero su remate, ante la oposición de Bizarri, sale alto.AP
Beckham cae en lucha con Richetti en una jugada del partido.
Beckham cae en lucha con Richetti en una jugada del partido.MABEL GARCÍA

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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