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Reportaje:

Escudero ya es de todos

La Diputación de Guipúzcoa adquiere la obra del compositor y la deposita en el Archivo Vasco de la Música

La familia del músico Francisco Escudero (Zarautz, 1912-San Sebastián, 2002) siente que por fin se está empezando a saldar la "deuda histórica" que las instituciones y la sociedad tenían con el maestro, quien, pese a ser uno de los compositores vascos más importantes del siglo XX, no terminó de ser reconocido pública ni comercialmente como se merecía.

A partir de ahora, el estudio de la producción de Escudero será mucho más fácil. Y ello gracias a la Diputación de Guipúzcoa, que ha adquirido las partituras originales y la documentación de las obras más significativas del músico y las ha dejado depositadas en el Archivo Vasco de la Música, Eresbil, donde quedan a disposición pública.

En concreto, la institución foral se ha hecho con 30 obras del compositor zarautztarra, entre las que se encuentran Cuarteto en Sol, una de sus primeras creaciones de peso, en este caso para una agrupación de cuerda; la ópera Zigor, que le llevó seis años de trabajo, e Illeta, basada en un poema de Lizardi. El fondo documental, por el que la Diputación ha abonado un total de 90.000 euros a la familia Escudero, se completa con artículos sobre la vida y producción del músico, recortes de prensa, grabaciones sonoras, estudios de sus obras y fotografías.

"La cultura vasca del siglo XX es difícil de comprender sin contemplar a Escudero, una figura que ha de ser reivindicada desde el propio análisis de su obra", subrayó el diputado general guipuzcoano, Joxe Joan González de Txabarri, durante la presentación del fondo depositado en Eresbil. "Con este gesto reponemos en parte la deuda histórica que teníamos con el maestro", añadió. El diputado general comentó que este tipo de situaciones suelen darse "en la vida de los grandes hombres, que se centran en crear y dedican poco tiempo al capítulo mercantil".

La viuda de Escudero, Goya Eizaguirre, y sus hijos no han dudado en confiar el patrimonio del músico a la Diputación y a Eresbil. Su objetivo, como explicó Francisco María Escudero, es "divulgar la diversidad y originalidad de la figura del maestro", que se volcó en la música durante toda su vida, no sólo como compositor, sino también como director, profesor e investigador. Obtuvo el Premio Nacional de Bellas Artes en 1937 y la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, sesenta años después.

Su familia pretende también "fomentar el juicio crítico de musicólogos, críticos y educadores", de manera que "no se fijen sólo en los autores más mediáticos", subrayó el hijo del compositor.

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La Diputación considera "imprescindible" la más amplia difusión posible de la música creada por Francisco Escudero mediante su publicación, y más teniendo en cuenta que tan sólo una cuarta parte de su trabajo ha sido editado. Para ello, el pasado mes de junio firmó un convenio de colaboración con Eresbil para editar once de sus partituras sinfónicas más importantes.

Esta iniciativa, junto al legado musical de Escudero que ahora descansa en Eresbil, prueba que "cuando hay ganas" de propiciar el auge de un creador "todo se soluciona rápidamente", resumió Goya Eizaguirre, quien resaltó el papel que González de Txabarri ha jugado personalmente en el acuerdo.

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