_
_
_
_
_
Útil
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Clásicos renovados

Chiqui de la Fuente

LA LLEGADA DEL DISCO compacto causó una verdadera revolución dentro del mundo de la música. La calidad de sonido que ofrecía con respecto a anteriores formatos hizo que en poco tiempo desbancara a todos ellos y se conviertiera en el rey absoluto.

Esto hizo que la industria volcara todos sus esfuerzos en abastecer de material este nuevo formato, olvidándose progresivamente de los tradicionales medios de reproducción (ni en las gasolineras de carretera podemos encontrar ya las cintas para el coche).

Ya casi no se fabrican tocadiscos para el mercado de consumo (han de ser profesionales, con el precio que ello supone), y mucha gente va escuchando cada vez menos sus negros long-plays.

Más información
None
None
None
None

Una opción alternativa es pasar los vinilos o cintas de casete a un disco compacto. No tendrán el sonido digital, pero se escucharán igual que si se estuvieran reproduciendo en su formato original.

Existen en la Red un montón de aplicaciones encargadas de realizar esta labor. Basta con tener un tocadiscos o un cassete (que funcione), un cable que una el equipo con el ordenador y un programa que grabe esa música en formato digital para luego poder traspasarlo a un CD.

Por ejemplo, RIP Vinyl es una de ellas. Se trata de una aplicación shareware (registrarla cuesta poco menos de 6 euros) que se dedica solamente a este cometido. Según los parámetros configurados por el usuario, puede reconocer las diferentes canciones del álbum. También puede eliminar algunas impurezas, detecta los espacios en blanco, con lo que permite crear un archivo por cada canción. Es bastante sencillo de utilizar y los resultados no son malos.

De todas formas, casi todos los programas que acompañan a las grabadoras de CD disponen de este tipo de programas, con lo que es conveniente echarles un vistazo.

Si el resultado final trae muchas impurezas, se puede utilizar Wave Repair antes de realizar la grabación al CD. Puede eliminar las impurezas más comunes y los famosos clics de este tipo de grabaciones. Esta utilidad es shareware (su registro cuesta unos 24 euros) y su descarga ocupa exactamente un mega.

Pero, para quien le guste que la música que ahora compra en formato digital sonase como los antiguas casetes o los discos de vinilo. Pues bien, para ellos existe un plug-in (conector) para utilizar con el programa WinAmp -aplicación esta también gratuita- que consigue emular los defectos de sonido que tenían esos formatos (ruido de fondo, pequeños saltos de la aguja...). Para los amantes de las viejas sensaciones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Chiqui de la Fuente
Es responsable de Formación de Redacción y ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS en diversos departamentos: Nuevas Tecnologías, Confección, sistemas editoriales... Es autor del blog Publizia y tiene una perra que se llama Rosca.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_