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Los europeos desplazan la demanda inmobiliaria al interior de Alicante

Los extranjeros buscan zonas residenciales tranquilas, bien comunicadas y más baratas

La demanda de vivienda nueva se desplaza hacia las comarcas de interior de Alicante. Varios expertos coinciden en destacar este nuevo fenómeno, que está provocando una frenética actividad inmobiliaria en zonas como la Vall de Gallinera y Vega Baja y en Castalla, Sax y Biar, localidades de interior beneficiadas por una notable mejora de las comunicaciones por carretera y donde los precios no son tan desorbitados como en el litoral. Promotores inmobiliarios centroeuropeos se interesan por este nuevo fenómeno. Algunos incluso invierten capital para urbanizar.

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Los últimos informes de grupos inmobiliarios privados y la opinión de varios expertos confirma que la demanda de zonas residenciales por parte de extranjeros, fundamentalmente de europeos, se está desplazando hacia las comarcas del interior, que registran una frenética actividad constructora.

El grupo inmobiliario QSD, con clientes en más de 12 países del centro y norte de Europa, tiene en la Costa Blanca una actividad constante. Sus clientes buscan instalarse en zonas tranquilas del interior, en concreto en localidades como Monforte, Castalla, Agost o Xixona, que ofrecen calma, sol y precios más económicos. "En sus países están acostumbrados a una movilidad importante, aquí en media hora están en la playa, encuentran el relax que buscan y los precios son más baratos", apunta el sociólogo Antonio Alaminos, de la Universidad de Alicante.

Otra empresa líder en ventas inmobiliarias a extranjeros, Atlas International, celebró una convención este verano en la que reunió a un centenar de jefes de ventas en San Pedro del Pinatar (Murcia). Durante la sesión los agentes reconocieron que la demanda se localizaba en pueblos de la Vega Baja (Daya Vieja, Daya Nueva, Almoradí, Rojales y algunas pedanías de Orihuela). Atlas Internacional incrementó sus ventas en la zona en un 16% en el último año, con más de 4.400 viviendas vendidas, de las que un 80% fueron adquiridas por británicos y el 20% restante entre españoles, belgas y alemanes.

El Banco de España informó que los extranjeros invirtieron en viviendas 1.738 millones de euros durante el primer trimestre de 2003, un 44% más que en el año anterior, y que Alicante y Málaga copan el 44% de la oferta total. "Hay muchos europeos, con rentas altas, que les interesa más adquirir una segunda residencia aquí que en su país de origen", reconoce Gregorio Mayayo, presidente de la Asociación Hipotecaria Española, que clausuró en la Universidad de Alicante el curso de Estudios Inmobiliarios con una conferencia sobre Mercado hipotecario y precio de las viviendas. El experto asegura que la moneda única y el exceso de demanda han sido "claves" en este proceso. Mayayo reconoció, no abstante, que "se ha infravalorado la demanda".

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En este sentido, Paloma Taltavull, profesora de Economía Aplicada en Alicante, reconoce que los datos de los últimos informes confirman esta tendencia, incluso la llegada de grupos inmobiliarios europeos dispuestos a invertir capital en viviendas en las comarcas de interior. Un buen ejemplo es el grupo Jalón Consulting, de capital alemán, que prevé invertir 125 millones de euros para urbanizar 47 hectáreas en la Vall de Gallinera (Marina Alta). El proyecto de construir chalés en la sierra de Solana ha provocado un fuerte rechazo entre los vecinos de la zona y el propio Ayuntamiento de Vall de Gallinera que estudia minuciosamente la propuesta para comprobar si se ajusta a la legalidad o no.

Antonio Alaminos, catedrático de Sociología especialista en los europeos residentes, recuerda que en la década de los años sesenta se instalaron en la costa de Alicante extranjeros jubilados o prejubilados procedentes del centro Europa, "que han actuado como imán, ya que sus hijos, familiares o amigos conocían esta oferta de sol y playa". Ahora aquellos europeos que han tenido problemas laborales o se han prejubilado se han instalado aquí. "Algunos, en casa de sus predecesores, otros han vendido esa finca en primera línea del mar, por una importante cantidad de dinero (por unos 40 millones de las antiguas pesetas), y luego han visto que pueden tener otra casa en el interior más barata y con menos agobios", comenta Alaminos, que centra sus últimas investigaciones en el comportamiento de la comunidad residente europea en Alicante.

Un dato más que confirma esta tendencia: la población extranjera representa el 5,2% de los residentes de la Comunidad Valenciana, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE). Las tres provincias acogen al 14% de los inmigrantes que viven en España, aunque de forma desigual. Sólo en Alicante está el 8%.

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