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Crítica:FERIA DE BILBAO | LA LIDIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Final diseñado por Drácula

La corrida parece que estuvo diseñada por Drácula. Debe ser porque acabamos casi de noche. De Adolfo Martín sólo se lidió media corrida. Huelga decir que estuvieron escasos de fuerza. Sólo se salva Javier Valverde, que hizo una faena a su primer toro muy en corto con derechazos cadenciosos y templados. Con la mano izquierda instrumentó naturales con buen temple. Entró a matar con mucha fe y cobró una estocada esplendorosa, potente, seca. Lo demás entra en la texitura draculina. Porque el sobrero, que hacía el segundo de la corrida, por mucho que pesara 600 kilos, no se puede comprender como una cuadrilla demostrara tanta incompetencia. Entre capotazo por allí y un montón de pases en falso para colocar las banderillas, hicieron ver al público que el toro era menos que el famoso Perdigón ( el que mató a Espartero). La lidia que se dio a ese toro fue horrorosa. El Cid dirigió la faena con precauciones, excesivos tanteos, hasta que se dio cuenta que el toro servía y embestía muy requetebién. Fue una pena que se viera influido por su propia cuadrilla para no poder demostrar con ese toro el buen toreo que lleva dentro. Porque creemos que Manuel Jesús El Cid acredita ser uno de los pocos toreros que hace gala de torear con la franela de manera pura.

Martín / Marco, Cid, Valverde

Toros de Adolfo Martín, faltos de fuerza en general, el mejor el 3º, fueron devueltos tres y sus sustitutos uno de Adelaida Rodríguez, que fue bueno, y dos de Criado, holgado, de desigual juego. Francisco Marco: estocada tendida y descabello (ovación); en el que mató por cogida de El Cid, pinchazo y doce descabellos (silencio); metisaca, tres pinchazos, media estocada tendida y descabello (silencio). Javier Valverde: gran estocada (oreja); el que mató en sustitución de El Cid, estocada trasera y tres descabellos (palmas); cuatro pinchazos y descabello (aplausos). Plaza de toros de Vista Alegre, 24 de agosto, 9ª y última de feria. Media entrada larga.

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Mansos de lujo

Exceptuando esos dos toros: El Cid, en el único que lidió y no pudo matar, fue cogido y tiene fractura de brazo pasó a una clínica para que le hicieran una revisión. Mas el primero de Valverde ya dicho, la corrida fue para olvidar.

Francisco Marco, con un toro suavón y falto de fuerzas, tuvo que aguantar dos desarmes. Y en su segundo, de Criado Holgado, el toro le desbordó, no pudo con él, el vencía y hasta le desarmó.

Javier Valverde, que había dejado un sabor buenísimo en la faena suya, en el toro que mató por cogida de El Cid, no acabó de ajustarse con él, imprimiendo muchas dudas, en especial por no atreverse a adelantar la muleta como era preceptivo. También ese toro llevaba el hierro de Criado Holgado. En el último de la tarde se equivocó de medio a medio. A un toro sin demasiada fuerza, que iba bien por el pitón izquierdo, no fructificó su labor por no dejarle la muleta después de cada pase. Y hasta lo desarmó. Por el pitón derecho tenía menos recorrido.

Para más inri, el presidente de la corrida creemos que se adelantó al devolver un toro, no porque estuviera falto de fuerza, sino que, por lo visto, su condición era de manso. Si así fuera, es un despropósito mayúsculo. Digno de una tarde donde abundó el muleteo hecho a base de frufrús y de palmoteos sin cuento. Hasta el año que viene, Drácula.

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