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VISTO / OÍDO
Columna
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Asesinato selectivo

Es admirable la facilidad con que ha entrado la expresión "asesinato selectivo": comprensible, normal. El sábado, Israel -o sea, Sharon: mucho Israel, mucho judío, piensa como yo- cometió un asesinato selectivo y otro corriente. El corriente, un "sospechoso", y todos somos sospechosos en un momento dado. El selectivo: un dirigente de Hamás que "pretendió huir". La "ley de fugas" la inventó Martínez Anido hace casi un siglo: España, siempre a la cabeza de los progresos espirituales. Era para asesinar a los anarquistas. Y oigo decir con naturalidad que en las manifestaciones de Salónica hubo graves incidentes perpetrados por "los anarquistas": antes hubieran dicho "los comunistas" o "agentes venidos del exterior", expresión franquista, como dicen los generales americanos que ocupan Irak: sus soldados tienen que enfrentarse con los internacionales: "sirios, saudíes, yemeníes, argelinos, libaneses, incluso chechenos". Dicen que reclutados por "los leales a Sadam": en realidad, musulmanes oprimidos por quienes no lo son. Lo nuestro es una "coalición": contra el "terrorismo internacional".

Parece que me muevo demasiado de un sitio a otro; y no salgo de un ladrillo como el madrileño que baila el chotis al son de Gallardón y Aguirre, qué chulapos. Y la palabra ladrillo está también al día: ellos dicen que hasta Simancas se compró cuatro para un chaletito, y se los compró a alguno del PP. Estos socialistas no saben cuál es su terreno (perdón, otra vez, por la palabra terreno: no va contra el PP, está dentro de un modismo). Tengo la sensación de que desde que nací no ha pasado nada en ciertos aspectos. Ya llevaba dos años Martínez Anido de gobernador de Barcelona (era un general), y Primo de Rivera (otro general: el dictador) le haría ministro de la Gobernación para que implantara en toda España sus usos y costumbres. Faltaban 14 para que Franco se hiciera un estajanovista del crimen. Ah, entonces odiábamos a Estados Unidos. Mi madre había llegado a España, de chica, disparada por el estallido del Maine en La Habana, que les sirvió para la guerra llamada de liberación de los cubanos y era imperial. Mentira: lo habían inventado ellos. Después inventarían el del golfo de Tonkín para invadir Vietnam. Y ahora, el de las armas de destrucción masiva. Estamos en el Mundo de la Mentira. Y España es una primera potencia.

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