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Reportaje:

Visones, nutrias y ratas de agua en vez de cocodrilos

Los naturalistas descubren una amplia fauna acuática en Valmayor al buscar caimanes en el embalse

Oriol Güell

Si un cocodrilo vive en el pantano de Valmayor, el reptil debe estar sobre aviso de que lo andan buscando y ha decidido esconderse unos días entre el fango. Sólo así se entiende que después de la sucesión de avistamientos producidos hace dos semanas, cuando varios policías locales, agentes de la Guardia Civil y vecinos juraron haberlo visto, nadie haya sabido nada del ya famoso caimán en la última semana. Y eso que un equipo de cuatro personas, capitaneado por el naturalista y experto en fauna exótica Luis Miguel Domínguez, ha merodeado por el embalse día y noche, buscando huellas en el barro de la orilla y utilizando haces de luz en la oscuridad para intentar descubrir sus reflectantes ojos.

Cuatro expertos buscan huellas y utilizan haces de luz para descubrir los reflectantes ojos del caimán

Tras dos semanas de investigaciones, el equipo de naturalistas de Domínguez no tiene una sola huella, fotografía o avistamiento de un experto que permita confirmar la presencia de un cocodrilo en Valmayor. Los rastreadores, sin embargo, no se rinden y ayer arrancaron del Canal de Isabel II, bajo cuya responsabilidad están las aguas del embalse y que no quiere correr riesgos, el compromiso de prolongar la búsqueda durante otros 30 días.

Durante este tiempo, las aguas de Valmayor seguirán cerradas a las actividades acuáticas y deportivas, como la navegación o la pesca, que en ellas se llevan a cabo.

El baño también estará prohibido, pero esto lo está siempre porque el agua de Valmayor es el agua de consumo doméstico en miles de hogares de la región.

Los naturalistas no han encontrado rastro del cocodrilo, pero sí se han topado con dos agradables sorpresas: "Ecológicamente muy interesantes y que demuestran la riqueza de la fauna de la zona", afirma Domínguez. Se trata de varias poblaciones de visones y nutrias, de las que se sabía que un día vivieron en la zona, pero de las que no se tenía noticias desde hace años.

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"La nutria es un animal precioso, que sólo vive en ambientes muy poco deteriorados ecológi-camente. Es un auténtico lujo que esté aquí", afirma Domínguez. La nutria vive en la orilla de ríos y lagos, se alimenta de peces y otros animales y alcanza casi un metro y medio de longitud desde la cabeza a la cola. Domínguez prefiere no revelar dónde tiene su guarida la pequeña colonia. Sólo dice que está al norte de donde se supone que vive el cocodrilo.

El segundo animal que ha descubierto Domínguez es el visón americano. "Hay más de 10 parejas criando", afirma. El visón americano es más pequeño que la nutria, mide poco más de un metro. Los primeros ejemplares llegaron a España hace varias décadas para ser criados en granjas por su apreciada piel. Pero el animal se escapó y colonizó los espacios que iba encontrando. Allí se encontró con el visón europeo, el autóctono, y lo desplazó por ser el americano más corpulento y voraz.

¿No habría que erradicarle? "No, no...", contesta Domínguez. "Es cierto que en ambientes donde hay el visón europeo no es conveniente la presencia del americano, pero allí donde no había ninguna de las dos especies, debe permitirse la colonización del primero", añade.

El Canal colabora con "varias entidades y organizaciones, gubernamentales o no, que vigilan y catalogan la biodiversidad de las aguas", explica Miguel Ángel Galán, directivo del Canal. "No teníamos noticias de la presencia de nutrias y visones en Valmayor desde hace muchos años", indica.

En la noche del pasado 7 de junio con decenas de periodistas, cámaras de televisión y curiosos merodeando por el pantano, Domínguez avistó bajo la luna a un visón nadando, jugando y pescando en el agua. "Era una estampa preciosa. Es un animal muy grácil", recuerda este naturalista.

Al visón, según parece, poco le importaba la posible presencia del cocodrilo bajo sus pies. Los visones, según Domínguez, podrían estar en el origen de algunos de los avistamientos. "Al verlo desde la orilla parece un animal grande y por su forma de nadar puede llevar a error a alguien que no lo conozca", explica. Domínguez también se felicita por la notable presencia en Valmayor de ratas de agua, que asegura que no hay que confundir con las ratas de alcantarilla. "Son del mismo tamaño, pero la de agua es más regordeta y se alimenta de raíces y otros vegetales. Es un animal de alto interés ecológico y que está en regresión en buena parte de España", afirma.

Los auténticos 'depredadores'

Todos los pescadores de la zona coinciden en que las capturas en Valmayor ya no son lo que eran. Y la culpa no es del cocodrilo, no, sino de un pez llamado percasol que hace años alguien introdujo en el embalse y que está arrasando con las puestas de huevos de las otras especies, uno de sus principales alimentos.

No es la única especie introducida en Valmayor: también los son el lucio, el black bass e incluso la conocida carpa, muy abundante y que ya puede considerarse casi como autóctona en España, adonde llegó hace siglos procedente de Asia.

Todos estos peces, introducidos para la pesca deportiva, han arrinconado a la trucha autóctona, que según se dice en la página web www.cotosdepesca.com, foro de encuentro de pescadores en Internet, "hace años que nadie pesca en Valmayor".

El siluro, otra especie que llega a alcanzar los cuatro metros de longitud, no parece haber llegado todavía a Valmayor, según afirma el naturalista Luis Miguel Domínguez. Pero la Guardia Civil utilizó el pasado 9 de junio la hipotética presencia del siluro en el embalse para desechar la teoría del cocodrilo. En una nota, la Guardia Civil afirmó que "presumiblemente el tamaño del siluro" habría llevado a confusión a quienes creían haber visto un cocodrilo.

Pero Domínguez sostiene que es posible que todas estas especies convivan con el hipotético cocodrilo. "Pero la verdad es que no hay nada que me permita confirmarlo. Valmayor es un pantano con muchas playas, calas y rincones muy bien conservados y con poca presencia humana. Si en algún lugar de la región podría adaptarse, es aquí", concluye.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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