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Entrevista:FRAN | Centrocampista del Deportivo | FÚTBOL | La jornada de Liga

"Lendoiro me 'engañó' muy bien"

Xosé Hermida

Camino de los 34 años, recién nacido su tercer hijo -"los niños son una maravilla", dice- y convertido en una leyenda viva del deportivismo, Fran ya no es el neniño de Arsenio Iglesias. Pero conserva cierto aire de artista adolescente y sigue siendo clave en su equipo. Zurdo fabuloso, uno de los futbolistas españoles de más clase y participante en todos los títulos del Deportivo, volverá a ser hoy, en Balaídos, el único gallego en el clásico de la tierra, vital para el Celta y el conjunto coruñés.

Pregunta. Usted es el primer gran futbolista de Galicia que no emigró como Amancio o Luis Suárez. ¿Un motivo de orgullo?

Respuesta. No sé... Quizá lo pueda decir mejor con el tiempo. Tuve mis oportunidades, pero el presidente [Augusto César Lendoiro] hizo un proyecto de equipo en el que apostó por mí. Y ha dado sus frutos, aunque con un poco de suerte podríamos haber ganado más títulos. Al principio, nos faltó experiencia.

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P. Los títulos que se ganan en casa se saborean más.

R. Muchísimo más que en otro equipo con la obligación de ganar. Tampoco se puede asegurar que yéndome hubiera logrado más. En los últimos cinco años, los que se fueron al Barça no han ganado nada. Ahora bien, jugar en el Barça o el Madrid es de lo más bonito que le puede pasar a un futbolista.

P. ¿Algo de pena por ello?

R. Te queda un poco. No sólo por el Madrid o el Barça, sino por no haber conocido otras ciudades, otros clubes... Me habría gustado también ir al extranjero, aunque tal vez hubiese echado de menos esto. Claro que, al tenerlo todo aquí, tampoco apetecía salir. Pero la clave fue Lendoiro. Supo atarme. Me ha engañado muy bien, je, je... Pero yo no pienso en esas cosas. Me las recuerdan los periodistas, los aficionados, los amigos...

P. ¿Un jugador de la casa pone más por el equipo?

R. Quizá te exijas más a ti mismo. Lo peor es que la gente te pite. Llevas peor las críticas.

P. Y usted ha sido pitado.

R. Con la gente estoy más que contento. Sólo ha habido dos o tres momentos puntuales, al salir de lesiones, que fueron difíciles. Lo pasé mal y pensé que ya no lo aguantaba y que era mejor buscar otra solución. Pero nunca me duró más de dos o tres semanas.

P. Tiene 33 años y la parte física nunca ha sido su fuerte...

R. Depende de lo que se entienda por físico. Aquí tienes que aguantar 90 minutos, no hacer 100 metros en no sé cuánto tiempo. Y yo los aguanto. El fútbol no es meramente físico. Muchos dicen que Ronaldo es sólo velocidad. Para mí, sin embargo, lo fundamental de él es su técnica.

P. Ha dicho que no le disgustaría jugar en Estados Unidos.

R. En estos momentos, el Depor tiene una opción para renovarme el contrato por dos cursos más. Yo no quiero colgar las botas. Sigo teniendo el mono y sé que en España sería muy difícil irme a otro equipo después de tantos años en Riazor. De no continuar aquí, Estados Unidos sería la mejor opción. Pero el presi quiere que hablemos y malo será que no lleguemos a un acuerdo.

P. ¿Le obliga la edad a jugar de otro modo, más por el centro que por la banda?

R. Eso ya me lo decían a los 23 años, pero la gente no tiene memoria. Mi tendencia siempre fue ésa. En la época de Arsenio me criticaban por irme a la derecha.

P. Usted, prácticamente, nació en un campo de fútbol.

R. Es que nací en un campo de fútbol. Estaba enfrente de mi casa [en Carreira-Ribeira, en la margen coruñesa de la ría de Arousa] y me pasaba la vida allí. Era un pueblo muy pequeño y no había otra cosa que hacer. Sólo teníamos que saltar la valla.

P. Y usted era un renacuajo que mareaba a los mayores.

R. Como mi hermano [José Ramón, que también jugó en el Depor] tiene un año más, yo era el pequeño. Y luego, en el Carreira, ambos éramos los más chicos con diferencia. A los 15 años jugué en Regional contra gente de 30. Ahí sí que te daban patadas. ¡Y qué follones con los arbitrajes! Eso te curte. Yo era muy delgadito, 50 o 55 kilos, y me venían tíos de 80 o 90 al choque. Tenías que tirar de habilidad. Ahora me pregunto cómo pude sobrevivir siendo tan endeble.

P. En esas condiciones, uno corre el riesgo de convertirse en un chupón. Pero usted es un pasador.

R. Yo también era un chupón. De niño, regateaba hasta la portería. Hasta que llegué al Depor y aprendí otras cosas: pachangas a tres toques... Ganas rapidez para mover el balón y ver los desmarques y pierdes habilidad.

P. ¿En quién se fijaba?

R. Mi ídolo siempre fue Cruyff. Y, como mi hermano era del Madrid, yo, para llevarle la contraria, la tomé por el Barça.

P. ¿Pidió siempre llevar el 10?

R. No; me lo dieron en el Carreira. Y me quedé con él.

P. ¿Ha cambiado el fútbol?

R. Bastante. Ahora es más difícil. No sé si es que se presiona más, si se cierran más los equipos, si es que ha bajado la calidad... Cuando yo empecé, el fútbol era más alegre, se intentaba jugar. Ahora se busca más la fuerza que el talento.

P. ¿Disfrutaba más en la época del Superdepor?

R. Sigo disfrutando muchísimo. El Superdepor era la novedad, el humilde que se mete en los puestos altos, el equipo simpático para todos. Pero los jugadores de hoy son la hostia. ¿Qué no jugamos de modo tan alegre? Ya nadie anda con esas alegrías.

P. La leyenda negra le atribuye falta de carácter y achaca a eso el que no triunfase en la selección.

R. Es que resulta difícil jugar bien en la selección yendo una vez cada seis meses. Trato de no acordarme del asunto. ¿El carácter? Nunca llueve a gusto de todos. He tenido temporadas de marcar ocho goles y ser el mejor pasador y, aun así, decían: "No tiene llegada". Ahora alguien con esos números es un crack. Es todo tan complicado... Cada uno dice lo que ve o lo que le interesa.

P. Usted es tímido. Quizá debió venderse más.

R. Hay muchos jugadores tímidos que han sido internacionales.

P. ¿Se han dejado media Liga al perder ante el Valencia?

R. El lunes y el martes andaba tan dolido que no quería que nadie me hablase del partido. El Valencia lo planteó de forma que te sentías impotente ante tantos jugadores presionándote. Era imposible entrar. Ahora dependemos de los demás. A ver qué pasa en Vigo.

SCIAMMARELLA

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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