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Llegan a Madrid 'Golem' y el 'Don Juan' del Ballet de Cámara de Praga

Mañana, día 21, tendrá su única función en Madrid la prestigiosa compañía checa Ballet de Cámara de Praga, con un programa que reúne en el teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes dos de sus títulos emblemáticos: Golem y Don Juan.

La compañía, con más de 25 años de trabajo continuado y una sólida reputación internacional de calidad (en su repertorio cuenta con obras de Jiri Kilian, Gerhard Bohner y Christopher Bruce, entre otros), mantiene vivos los cánones de un estilo particular ligado al teatro de formato medio y la inventiva escénica que ha hecho de los checos una referencia obligada en las artes escénicas contemporáneas. La plantilla se mantiene en su estructura original de la veintena de artistas, y sus apoyos musicales van desde Gustav Mahler y Arvo Pärt a una especial atención a los grandes músicos checos (Janacek, Dvorak, Smetana) y a los más actuales (Bukovy, Mateju).

Golem ya ha conocido múltiples versiones en teatro, cine y danza, y el ballet está basado en el legendario personaje novelado por Gustav Meyrink en 1915, contando con música original de Zbynek Mateju y coreografía de Pavel Smok, actual director artístico de la compañía.

Don Juan se articula sobre la conocida música de Gluck, con coreografía de Libor Vaculik. Ambas piezas tienen como director escénico y escenógrafo a Daniel Dvorak, un aventajado discípulo de Svoboda, el más grande de los escenógrafos checos, y maestro de varias generaciones.

Personaje real

El Golem, mito judío de finales del siglo XVIII, recoge la leyenda basada en un personaje real que vivió en Praga entre 1520 y 1609: Jehuda Low Ben Bezalel, erudito rabino que fundó la escuela talmúdica en el barrio judío de la capital checa y en el que se dan cita el misterio neogótico y los saberes cabalísticos.

En Don Juan, los creadores checos se mantienen en la línea argumental más antigua y que remite al libreto de Gasparo Angiolini (creador del primer ballet homónimo en la Ópera de Viena hace más de 240 años, siendo la misma del Don Giovanni de Mozart), que es la que usara Gluck para su partitura vienesa. El eterno seductor es aquí sometido al escarmiento infernal, pasando por las clásicas escenas de seducción, reyertas y sexo.

El Ballet de Cámara de Praga está animado por la figura de Paven Smok, cuya singular carrera personal (empezó tardíamente a bailar tras las experiencias actorales y de campeón de patinaje) es siempre puesta de ejemplo de tenacidad y diligencia para el trabajo de la escena. Los antecedentes del Ballet de Cámara de Praga están en el grupo de danza del Teatro Rococó de Praga, donde ya se interesaban por crear ballets de argumento. El coreógrafo Libor Vaculik es en la República Checa toda una institución, primero como bailarín premiado de prestigio (encarnó todos los papeles desde los príncipes clásicos hasta Romeo o Espartaco) y de expresión virtuosa, y después por su sensibilidad teatral.

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