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Reportaje:ELECCIONES 25M | Los partidos independientes

Alternativa de mujeres en Algeciras

241 partidos independientes concurren a las elecciones municipales para revalidar los 524 concejales conseguidos en 1999Candidaturas sin marcas

En las últimas elecciones municipales de junio de 1999 el 6% de los votantes andaluces obvió a los grandes partidos nacionales y dio su confianza a grupos independientes, aunque se trata de un voto muy disperso: 228.109 sufragios repartidos de forma desigual entre más de dos centenares de pequeños partidos, de los que 142 consiguieron representación. El 25 de mayo, 241 agrupaciones independientes compiten de nuevo en las urnas.

El fenómeno no es nuevo, pues desde los primeros comicios locales de 1979 han concurrido en cada elección no menos de dos centenares de candidaturas de este tipo, e incluso ha habido una progresiva pérdida de representatividad, si se considera que en 1987 fueron elegidos en Andalucía 711 concejales independientes, cifra que fue menguando en las siguientes convocatorias hasta quedar en los 524 ediles electos en 1999.

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Lo que sí ha habido es un proceso de selección y de consolidación de grupos muy determinados que han conseguido en sus municipios notables cuotas de poder. Ciudades de la importancia de Marbella, El Puerto de Santamaría o Benalmádena están gobernadas por formaciones de este tipo, en los dos primeros casos desde hace más de una década. Pero son muy numerosos los grupos que se han hecho imprescindibles para configurar mayorías y decidir el color de los gobiernos municipales (Mojácar, Vélez-Málaga, Alhaurín de la Torre, San Roque, Tarifa, Barbate, o Sanlúcar de Barrameda, entre otros más significativos).

Además, el Grupo Independiente Liberal (GIL) revalidó en 1999 la alcaldía de Marbella y logró la de La Línea de la Concepción, y fue la formación más votada en Estepona, donde había gobernado los cuatro años anteriores, y en Ronda.

El GIL puede considerarse un caso paradigmático del empuje de las formaciones independientes.

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En las últimas elecciones sumó 67.620 votos, el 29% de los obtenidos por los grupos independientes en Andalucía. El partido fundado por Jesús Gil logró 74 concejales hace cuatro años, de los que apenas le quedan una veintena, la mayoría se han pasado al PP.

Pero el GIL es también un elemento distorsionante del fenómeno. "Es una excepción por determinadas circunstancias, pero normalmente ningún grupo independiente suele tener tanta fuerza y en pocos casos siquiera aspiran a ser la lista más votada, sino que su vocación es obtener una representación que aunque sea mínima les permita ser determinantes en la formación de los gobiernos", explica el diputado autonómico del PP Juan Ramón Casero.

Como salta a la vista en la relación de municipios mencionados, los grupos independientes han alcanzado sus mayores cuotas de poder en el litoral, y especialmente en su franja más urbana, localizada en Cádiz y Málaga. El 21% de los electores de los pueblos costeros de estas dos circunscripciones votaron a independientes en 1999, porcentaje que en el caso de Cádiz es incluso superior al alcanzado por el PP.

Tras Málaga (117 concejales), Granada es la provincia con mayor número de concejales independientes (104), aunque ello se debe más que a la existencia de grupos especialmente fuertes al elevado número de pueblos existentes (168).

"Normalmente estos grupos cuajan más en lugares con una alta dinámica económica y nacen ligados a intereses locales muy determinados", explica el vocal de la ejecutiva federal del PSOE el malagueño José Asenjo, quien pese a admitir que es normal que los haya sí advierte de un cierto riesgo en la falta de control democrático. "En los grandes partidos hay más mecanismos de control, pero los independientes no responden ante nadie y han proliferado muchos grupos ligados a intereses económicos y empresariales muy concretos".

Para el secretario de Ciudades y Política Municipal del PSOE, Salvador Pendón, el aumento del voto independiente tiene que ver con la "poca capacidad de respuesta que nos ha faltado a los grandes partidos en las zonas más dinámicas", y además son formaciones que se enganchan a un mensaje "fácil de vender a la población, y es que no se guían más que por los intereses de su pueblo, aunque el inconveniente es que no tienen la cobertura de otras administraciones superiores".

Conocimiento y dedicación

La ex concejal popular de Huelva que ahora lidera un movimiento de grupos independientes escindidos del PP, Ana Báñez, explica que la gran ventaja de estas formaciones frente a los grandes partidos es que "nadie nos obliga a tomar decisiones que vayan en contra de los ciudadanos de nuestros pueblos, que son aquellos que nos votan". El ex alcalde socialista de Mijas y también candidato de otro grupo independiente, Antonio Maldonado, asegura que los partidos independientes tienen una visión de la realidad "mucho más clara que los grandes partidos, que se han aislado de las cuestiones locales, y por tanto tienen también más claro como solucionar los problemas". "Es una cuestión de prioridad, y para un partido nacional, un problema de una comarca puede estar en el puesto 118 de sus prioridades", dice.

A este sentido de la realidad también apela el alcalde de Benalmádena, Enrique Bolín, quien asegura que las recetas de su éxito son "conocimiento de las cosas y dedicación exclusiva". Frente a modelos como el GIL, Bolín reivindica modos de colaboración con otras instituciones, necesarios para atender las necesidades de los ciudadanos. "No tenemos por qué tener otras aspiraciones y meternos con otros partidos siempre nos acaba perjudicando", dice.

Las elecciones municipales del próximo día 25 de mayo tienen en Algeciras una peculiaridad: la participación del AGIL (Algeciras Grupo Independiente Local), un partido cuyo órgano de dirección está compuesto sólo por mujeres, y que apenas cuenta con 70 militantes, porque según sus responsables, "la gente es reacia a afiliarse". La candidata es Fina Mateo, una diplomada en Turismo, nacida en Tánger (Marruecos), que desde hace 43 años vive en Algeciras.

Su única experiencia política es la de haber militado durante más de seis años en el PP, del que también proceden las demás fundadoras del AGIL.

De momento, el AGIL es un partido sin sede, que sólo va a celebrar dos mítines a lo largo de esta campaña electoral, pero que gracias a la recuperación de una tradición, la caravana de vehículos, espera llegar al electorado para convertirse en partido bisagra en el Ayuntamiento de Algeciras. "Como todo partido, nuestro objetivo es la alcaldía, pero sabemos que eso es muy difícil y por eso, lo más real es pensar en convertirnos en un partido que pueda aspirar a un pacto para dar estabilidad al futuro gobierno", insiste la candidata.

"En estos días hemos conocido a mucha gente, por las distintas barriadas de la ciudad y aunque no estamos haciendo una campaña como la de los grandes monstruos de la política local, si esperamos conseguir entre dos y tres concejales", asegura Fina Mateo, quien compara la campaña electoral del PSOE, el PP o el PA en este municipio con la de los demócratas o republicanos en los Estados Unidos.

Con bastantes menos medios y militantes que el resto de partidos, las dirigentes del AGIL tienen un objetivo similar al de las grandes formaciones: conseguir una Algeciras, más limpia y segura. Ese es su mensaje en esta campaña electoral.

El AGIL afronta este reto, con una lista en en la que 16 de los 27 nombres son mujeres. Insisten en que a pesar de haber entrado en política no van a olvidar nunca que siguen siendo "ciudadanos y ciudadanas de a pie, que piden al resto de políticos lo que quieren sus conciudadanos".

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