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"El pacto de Baleares ha sido muy positivo"

María Antònia Munar, líder de Unió Mallorquina y con sólo tres escaños, puede decidir el Gobierno

María Antònia Munar Riutord es Unió Mallorquina (UM). Ella es la única imagen y la presidenta plenipotenciaria de esta pequeña formación de centro, liberal y nacionalista. Acostumbrada a vivir en el poder y a decidir, arriesga y suele ganar con la ventaja que logra desde una posición de minoría. Es la reina del complejo ajedrez institucional y partidista del archipiélago de Baleares.

Con el 7% de los votos y tres diputados de los 59 del Parlamento de Baleares, desde 1999 UM ha sido la bisagra sobre la que giró hacia la izquierda, el Gobierno de Baleares PSOE-PSM-IU-Els Verds, el experimento multipartito -"una tropa", para Aznar- que ha resistido sin derrotas cuatro años.

"El pacto ha sido positivo, muy positivo. Por primera vez en la historia nos ha permitido avanzar en el desarrollo interno del Estatuto y crear los Gobiernos insulares", resaltó ayer Munar, que durante una década (1983-1992) respaldó al PP -con el que se asoció electoralmente- y le facilitó la época de dominio en la autonomía.

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Hábil, dura y con sentido del tiempo, Munar sobrevive. Es presidenta del Consell de Mallorca desde 1995 y antes fue consejera de Cultura, donde se pronunció sin dudas en defensa del catalán propio de las islas y mostró especial atención a la protección del arte y los monumentos.

Nacida en 1955, Munar es hija de inmigrantes mallorquines en Barcelona, abogada y empresaria. Junto a su marido, Miguel Munar, posee una gran flota de transportes para obras públicas y construcción, la empresa Bamusa.

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Es la única alcaldesa democrática que ha conocido su pueblo, Costitx, de 984 habitantes, donde vence por mayoría absoluta. Se estrenó con la extinguida UCD y ahora repite doble candidatura, al Ayuntamiento y al Parlamento.

UM cultiva sectores: asociaciones de cazadores, antiguos deportistas, clanes de caballistas de trote -y su quiniela hípica-, miles de personas ancianas con programas de actividades, los sordomudos, los padres de las adopciones internacionales...

Munar reparte juego y reclama el centro y la total versatilidad; el poder pactar con unos y otros. Mientras Jaume Matas ha estado como ministro de Medio Ambiente, el ahora candidato del PP a la presidencia balear ha cuidado personalmente desde el presupuesto del Estado la reconstrucción de los puentes rotos con UM. La compra de la suntuosa finca Raixa de Mallorca para la Fundación Parques Nacionales es uno de esos regalos, aderezado con encuentros familiares en Doñana.

La dirigente mallorquinista se recrea en la táctica de la equidistancia. Ayuda a la izquierda en el "todos contra uno" para relegar al PP, votó la Ley de la ecotasa y la de la paridad electoral, pero frenó leyes medioambientales claves. Casi incompatible con verdes y comunistas, el PSOE alaba su fidelidad. Ahora UM reclama más campos de golf, más puertos deportivos y más autopistas, alternativas que sus socios tienen demonizadas.

A veces sobrepasa por la derecha al PP, al reclamar con polémica e insistencia "un techo" para la población, el fin de las puertas abiertas a los inmigrantes, ya que considera que demandan muchos servicios que pueden crear guetos y aumentar la inseguridad.

María Antònia Munar elegirá el 25 de mayo, o algunos días o semanas después, pareja de baile en función de algunas variables: "A la vista de los resultados, y ponderando quien puede hacer cumplir nuestro programa. Unió Mallorquina puede que no sea el partido más querido por los otros grupos pero al final es el más deseado por todos. Todos quieren ocupar nuestro espacio, la izquierda y el Partido Popular. Somos el único partido que está ubicado en el centro de la vida política. Es una gran ventaja, que nos permite, sin defraudar a nadie, poder pactar con la izquierda o la derecha, para moderar o centrar". No cierra la especulación: "Pactar con uno [el PP], puede parecer más fácil que con cinco, pero nosotros lo hicimos bien con Francesc Antich cuando lideró la izquierda", concluye.

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