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Entrevista:MACEO PARKER | Saxofonista

"Tocar en vivo me parece un privilegio"

Ya no hace falta recordar que el saxofonista alto Maceo Parker (Kinston, California, 1943) fue durante muchos años lugarteniente de la sección de vientos de James Brown. Para reconocerle de inmediato tampoco es preciso citar sus estrechas colaboraciones con George Clinton y Prince, entre otras eminencias. Ahora sus grabaciones y giras suponen acontecimientos independientes que no necesitan ningún apoyo biográfico ilustre. Y de las dos cosas, disco y concierto, podrán disfrutar sus incondicionales en estos días. Su nuevo compacto se titula Made by Maceo (Esc/Énfasis), y su gira española comenzará en Madrid mañana, día 4, para proseguir después en Zaragoza (día 5), Vitoria (día 6), Salt (Girona, día 8) y Barcelona (días 9 y 10).

"Para el jazz, la comunicación con el público no es prioritaria"

Parker aprendió del patrón Brown, a cuya banda se unió en 1964, que para triunfar no hay nada como el trabajo duro y cotidiano. Con esa filosofía, sus actuaciones en vivo duran tres horas sin espacio para turno de ruegos y preguntas, alrededor de 180 minutos magros de catarsis pura que se encajan sin pestañear. "Amo la música desde que tengo memoria, y hace mucho tiempo que tomé la decisión de basar mi carrera en los conciertos", dice el saxofonista, "Tocar en vivo me parece un privilegio, la cosa más maravillosa del mundo. Intento que el público sea feliz mientras estoy en el escenario. Para mí no hay nada más reconfortante que alguien se acerque al final de la actuación y me diga que se siente mejor que al principio. Intento que mi grupo transmita un sentimiento de celebración vital y de comunión de experiencias".

Maceo está envidiablemente pertrechado para alcanzar esa meta. Empezó a tocar el saxo tenor a los doce años tomando como modelo a Ray Charles. "Al principio", admite "él era mi único modelo de inspiración. Quería adaptar al saxo el feeling de su voz, pero después también empecé a fijarme en el saxofonista de su banda, David Newman, y más tarde, en King Curtis y en otros músicos ligados al jazz, como Stanley Turrentine o Cannonball Adderley. Ya entonces, Maceo empezaba a marcar diferencias: "Nunca me interesó tocar muy rápido. Desde el principio preferí concentrarme en conseguir un buen sonido". Con esa cualidad, más propia de los solistas de jazz, Parker se lanzó a difundir el funk con la firmeza que proporciona saber que se ha encontrado el trabajo ideal.

Por añadidura, la calidad instrumental de Maceo siempre ha sido bastante superior a la habitual en el gremio del funk. Por eso una de las preguntas que le hacen con mayor frecuencia es por qué no practica una música más compleja, apta para presumir de virtudes técnicas. Parker tiene la respuesta preparada: "Tengo un enorme respeto por el jazz y me gusta mucho, pero para mí es una música altamente personal en la que no resulta prioritaria la comunicación con el público. Es como si ese carácter individual levantara a su alrededor una pequeña barrera que termina convirtiéndole en una manifestación artística para minorías. El funk, en cambio, está abierto a todo el mundo y es mucho más fácil de entender. Se cimenta en elementos básicos que hacen sentir bien de inmediato. Crea buen rollo desde las primeras notas y lanza un mensaje inequívoco de amor y felicidad. Me interesa darlo a conocer a toda la gente posible. La vida es dura: por eso toco funk".

Maceo Parker.
Maceo Parker.MARCE.LI SAENZ
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