El jefe de Policía Local de Sevilla asume el reto de pacificar el cuerpo
El nuevo jefe superior de la Policía Local de Sevilla, Rafael Alarcón, hasta ahora comandante de la Guardia Civil, tomó ayer posesión de su cargo "consciente de la responsabilidad por las expectativas creadas". La designación, una facultad del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, que le concede la ley autonómica de regulación de policías locales, tiene como objetivo apaciguar las revueltas aguas del cuerpo de seguridad, agitadas por las continuas e indisciplinadas reivindicaciones laborales del mayoritario Sindicato Profesional de Policía Local (SPPL), que llegaron a realizar un botellón a las puertas del domicilio del regidor, y por la pasividad en atajarlas del superintendente Juan José García, que desde ayer queda relevado como primer mando de la Policía Local sevillana.
Monteseirín, que en el acto de toma de posesión alabó los orígenes profesionales de Alarcón por la "disciplina y carácter" que imprime la Guardia Civil, aseguró que no está dispuesto "a consentir que nadie avergüence a la Policía Local y quede impune", en referencia a los permanentes altercados sostenidos por el Gobierno municipal con el sindicato policial. En el mismo sentido, el delegado de Seguridad Ciudadana, José Gallardo, pidió a los 76 nuevos agentes municipales que también juraron ayer sus cargos que "no presten atención a esos signos internos que están haciendo mucho daño al cuerpo" y que "huyan de consejos malintencionados".
Monteseirín resaltó la "transformación" que ha experimentado la Policía Local en los últimos tres años y los "copiosos recursos" que se han destinado a este fin en los presupuestos municipales en los dos últimos ejercicios. Gallardo anunció la creación de un grupo especializado en movida juvenil, aunque no aportó datos sobre plazos ni número de agentes.
